Capítulo 22

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No podía creer esto de mí, eran las 11:30 pm y yo aún no llegaba a casa, quizás otras chicas ni llegaban a su casas o llegaban a las 2:00 am pero lo más tarde que yo había llegado eran las 8 pm. Pero lo peor no era la hora; lo peor era que no me había dado cuenta y tenía cuatro llamada pérdidas, dos de Fernanda y dos de Thomas, en la quinta respondí, pedí disculpas y dije que ya iba en camino, Salí del bar hecha una furia junto con Dayana, la deje en su casa y me dispuse a irme los más pronto posible.

Y así lo hubiera hecho si no se le hubiera ponchado una llanta al estúpido carro a medio camino, lo estacione en una calle que aunque estaba iluminada se veía desolada y eso me espantaba. Llame a casa, Fernanda dijo que no me moviera, le mande mi ubicación y dijo que solo me quedara a esperar tranquilamente.

Después de un rato escuche el ruido de una motocicleta que se iba haciendo más fuerte, de la nada un chico en una motocicleta se estaciono enfrente de mi auto, se bajó, lo miro, saco su celular y podría jurar que lo estaba comparando, se acercó a la ventanilla de mi auto -¿tú eres Tamara?-

El aún tenía su casco puesto y la ventana estaba hasta arriba, le dije con una voz un poco alta para que me escuchara-¿Quién eres?-

-me llamo Alexander, soy tu vecino... Trabajo cerca de aquí... Tu madre me pidió que pasara por ti-

Le puse el seguro a la puerta y le grité – ¡a mí nadie me dijo nada!-

El rodo los ojos -dice que te llamo pero que no contestaste-

Mire mi celular y efectivamente tenía dos llamadas perdidas de Fernanda... Entonces me sentí la persona más estúpida del planeta, lo puse en silencio para la película y no me di cuenta. Si lo hubiera quitado no estaría en esta situación... Porque para empezar me hubiera salido del bar más temprano.

-¿ya te puedes bajar?-

Se me había olvidado, quite el seguro y me baje del auto –lo siento Alexis, es solo que tenía pánico-

-soy Alexander y descuida entiendo que tengas pánico, estas en la calle sola y todo eso pero podrías haberlo evitado si llegabas a casa más temprano-

Me sorprendió lo que dijo -¡¿acaso me estas regañando?!-

-pues... Si... Tienes suerte de que haya decidido salir tarde...-

-agradezco tu ayuda... Que no pedí... pero no me conoces-

Se paró delante de mí y bufo -hagamos algo-miro hacia su moto -súbete, cállate y vámonos-

Mientras él se acercaba nuevamente a la moto y sacaba otro casco le grité -¿quieres que deje mi coche aquí?-

Me extendió el casco -mira niña... yo les estoy haciendo un favor a tus padres por venir a recogerte. Si no quieres venir conmigo está bien, creo que llamaron a una grúa... Pero por la hora debe tardar bastante, así que ¿te subes o te dejo?-

Pensaba decirle que no había problema. Yo podía esperar sola perfectamente pero hacía frío y estaba segura de que Fernanda y Thomas estaban al borde del infarto al igual que yo –está bien- tome el casco -voy contigo-

Se subió a la moto mientras yo me colocaba el casco,  después me hizo señas de que podía subir, yo me agarre de la parte de atras, habia visto que muchos se agarraban así -será mejor que me abraces-

-¡¿Qué?!-

-tranquila... Es para que no caigas en el camino. Las niñas maleducadas no son mi tipo-

-¡no soy maleducada!- prendió la moto y por miedo yo lo abrase

-aún no arranco- se rio y antes de que pudiera reclamarle, avanzó. Mejor así porque si no hubiéramos peleado.

Podría agradecerle a dios de que no era un loco, siempre creí que los que tenía motos manejaban como maníacos, nunca me había subido a una moto, se me hacían poco convencionales ya que si llovía terminas empapado además me daba la sensación de que cualquiera te la podía robar, pero a él parecía funcionarle. 

Desde que arranco me sentí ansiosa y no le diriji la palabra, pero me sentí más aliviada cuando empezamos a recorrer calles que conocía y me sentí a un mejor cuando por fin pude ver mi casa.

-¡Tamara!- Fernanda estaba en el jardín esperándome, en cuanto baje me quite el casco y lo deje en el asiento, ni siquiera espere a que él bajara, corrí hacia los brazos de Fernanda y la abrase fuertemente -¿estás bien?- solo asentí con la cabeza sin sacar la cara de su regazo, podía sentir como temblaba, no me había dado cuenta de que estaba muy alterada hasta que estuve en sus brazos y sentí como mis lágrimas querían salir, realmente tenía miedo –tranquila Tamara ya todo está bien... Gracias Alexander- me separe de ella y por primera vez lo pude mirar perfectamente, tenía un rostro muy lindo pero lo único que pude notar más que sus facciones fue su confusión, trate de mantener la compostura y le sonreí un poco –Yo soy quien más te das las gracias y te ofrezco una disculpa por las molestias-

El hizo una media sonrisa -no te preocupes Tamara... Para mí fue una noche interesante-

Thomas salió de la casa y traía uno de mis abrigos -debes de tenerfrío- lo puso sobre mí y me condujo a casa, y una vez que cruce la puerta me puse a llorar, élme abrazó y me dijo que estaba bien, después entró Fernanda y me llevó a acostar.

Ella o YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora