Capítulo 30

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Lo lleve en mi coche, al principio estaba algo tenso pero después fuimos conversando y se fue relajando un poco más, aunque había algo que no lo dejaba relajarse del todo.

-no puedo creer que estas sean nuestras últimas vacaciones, siento que el tiempo pasó muy rápido-

sonrió de lado -para mi no tanto, oye tengo algo que preguntarte, eres una chica muy amable y no quiero que lo tomes a mal pero... ¿tu novio no se molestara?-

Reí ampliamente –no, no tengo novio así que estoy segura que no hay alguien que se pueda molestar; ni siquiera mis padres-

-¡¿en serio?! Perdón, pero todos te hemos visto con un chico que va a buscarte, incluso he cruzado palabras con él y si no es tu novio, pues lo parece-

-la situación es algo compleja de comprender, pero lo importante es que él no es mi novio, no me gusta, no le gusto, es más un rollo de familias... Él es mi vecino, así que es un poco imposible librarme de él-

-¿un rollo de familias?-

-pues, bueno de su madre, en resumen ella me quiere como nuera y últimamente parece que a mi madre no le molestaría tenerlo como yerno, así que... Pues salgo mucho con él, pero te recalco solo somos amigos-

Pude ver como sacaba el aire y realmente se relajaba –es un alivio saberlo; creí que esta sería la primera y la última vez que trabajabamos juntos-

Sonreí discretamente -pues ya ves que no; no debes preocuparte... Bueno al menos que no te guste trabajar conmigo-

Él se sonrojó –bueno, no creo que eso pase, tu eres muy buena estudiante; deberíamos salir juntos algún día, ya sabes para conocernos más como compañeros, o estudiar juntos para ver que tal como funcionamos... Juntos, digo... O cada quien por su parte, era solo una idea... no necesitas tomarla tan literal...-

Esta vez sonreí más ampliamente y lo interrumpi -suena bien- había algo en su modo de decirme las cosas que me gustaba -siempre estudio en mi casa, estudiar juntos en otro lado sería un cambio... ¡oh! Esa es mi casa-

El solo se limitó a mirarla, lo entendia por que no era una casa nada modesta. Espere a que la ama de llaves nos dejara pasar, y cuando por fin entramos me dijo que Thomas llegaría tarde, que Fernanda salió a comprar cosas para las vacaciones y que ella había pedido permiso para salir temprano, que si necesitaba algo le dijera al jardinero.

-sabes por lo general la casa es cálida y con más personas aquí, ¿te gustaría algo de tomar?-

-si, si no es mucha molestia-

Le sonreí –para nada, ponte cómodo mientras vengo con algo de tomar-

Fui a la cocina y si bien conocía a Fernanda era fan de las infusiones, agua y todo lo que se pueda beber por lo que agua nunca faltaba en nuestra casa, limonada, no era lo que esperaba pero supongo que está bien. Empezamos a trabajar, afortunadamente no teníamos ideas tan distintas, es un placer trabajar con alguien que si quiere trabajar y no le tienes que estar rogando para que haga el mísero 1% del trabajo, o que simplemente lo haga todo mal y parezca que no hizo nada porque tienes que hacer nuevamente su parte; para que luego muy cínicamente diga: ¡guao nos salió muy bien la exposición, trabajo, etc.! Por esa parte siento que soy muy difícil, no puedo trabajar con cualquiera ó mejor dicho no cualquiera puede trabajar conmigo.

-Tamara me alegra trabajar contigo pero creo que hasta aquí está bien, mi casa está algo lejos de aquí así que ya debo irme, no quiero preocupar a mi mamá-

suspiré con pesar -creo que estamos tomando un buen ritmo, me gustaria que siguieramos pero entiendo que tienes que irte, toma tus cosas; te llevare-

-no, no te molestes tomaré el transporte, basta con que me digas donde esta la parada-

-no es que no te quiera decir, el problema es que no hay transporte público por aqui cerca; todos aquí tienen carros particulares- me sonroje al decir eso último -lo siento. Yo te traje hasta aquí así que me siento responsable por ti, te llevaré y ya que lo haré, lo mejor seria dejarte lo más cerca de tu casa-

De pronto se escuchó la puerta y Fernanda gritando a todo pulmón que ya había llegado y que no me asustara, que solo era ella; me sentí una niña pequeña al escuchar eso y me ruborice mucho, podía sentir el calor en mi cara.

Y cuando ella me vio se puso igual –cariño, no sabía que estabas ocupada-

-No te preocupes por nada mamá, él es Sebastián, Sebastián, mi mamá-

Ella le sonrió muy amablemente - me hubiera gustado comportarme mejor hace un momento, es un placer conocerte- El muy educadamente le saludo y todo, ella sesentía tan apenada que lo invitó a cenar, y como nadie le dice que no a mimamá; pues la cena con los Alarcón iba a tener un nuevo integrante, solo esperoque salga bien.

Ella o YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora