final***

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- ay Venus, tú siempre con tus cosas, pero la verdad es que
estoy un poco mareada.
- ¿Te acuerdas de todo lo que hiciste anoche verdad? ¿No es-
tuviste con nadie?
- venus, cómo crees no soy loca además andaba con Esteban.
- vale está bien yo sé que tú loquera es controlada.
- jajaaja, y dime vas a pasar el día conmigo?
- si, digo si no tienes planes con tu novio.
- no, quiere venir a verme pero no le he respondido.
- shera, pero no seas así él te quiere de verdad.
- vamos venus no quiero hablar del tema. Él sabe perfecta-
mente lo que siento por él, pero aun así insistió y no le impor-
tó.
- por que el té cree que puede luchar contra ese sentimiento
Sherazade.
- yo siendo el no estaría tan segura.
- hablando de ese amor prohibido, quien diablos es el afortu-
nado que te tiene así.
- se llama Bayrón.
- valla, pero no crees que deberías sacarlo de tu corazón.
- si venus lo intento pero recuerda que no soy yo quien decide
de quien me enamoró.
- si amiga tienes razón no elegimos de quien nos enamoramos.
¿Pero no sé hablan?
- bueno somos supuestamente amigos, pero esa amistad a mí   
no me gusta, pues no me pasa palabra aunque yo tampoco.
- entiendo, y no es mejor así shera?
- no, cuando hablamos me siento bien, en cambio cuando no,
siento que me hace falta algo.
- ay shera, despreocúpate que entiendo mejor de lo crees.
- y tú cómo vas con eso?
- bien, tengo un novio al cual no quiero pero a él no le importa
con tal de que esté con él.
- venus me parece que estamos iguales.
- es que eso siempre pasa Sherazade siempre hay uno el cual
no le importas y otro que da todo por ti.
- pero ya tomé una decisión, pues no sé si le importó sí o no a
Bayrón por lo menos como amiga.
- ¿Cuál?- pregunta Venus.
- ya verás!!!
Fue ahí donde Sherazade se alejó de aquello que la hacía des-
variar todos los días, eso que le impedía amar a personas que
si la merecían.
Ahí supo que había tomado la decisión correcta, al principio
iba hacer difícil pero no iba hacer imposible acostumbrarse.
Entendió que tenía que valorar a su novio Esteban maquenci,
vio que Bayrón Mendoza y ella solo podían ser amigos y siguió en lo de ella, viviendo cada minuto de su vida alocada-
mente como si no hubiera un mañana.
Sherazade no había olvidado ese amor que la marco para
siempre, si no que había superado aquella situación que era
muy diferente.
Nunca se olvida porque no sufrimos de amnesia, solo supera-
mos y dejamos el pasado guardado allí muy dentro de noso-
tros para poder continuar con el presente.

Amores ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora