(sin nombre)

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Los caminos se convergen
Después de la dócil melodía,
Una mente en blanco unía los fragmentos,
Aunque no los encuentres en esta poesía,
Los meses pasaron y las memorias inexorables dilaceran su garganta.

Retumba en su caja torácica y atraviesa el esternón,
Vuelven las letras de sus poemas a inhumarme.
Recorre cada fibra con sus dedos,
El tacto duele y lo sabe.

Es un grito estridente y constante,
Somos un tira y afloja,
Roto cada hueso, sosteniendo nuestra vida.
Miserables versos que no sanan la herida.

Lacerado, inútil, orgulloso,
Devuélveme la vida,
Profeta leproso,
Te has hundido en una tragedia.

Somos un cataclismo furtivo,
De instintos animales,
Me niego beberte de nuevo
El sabor no es igual.

Desangrados he de vernos,
Con nuestras almas cruentas
En el vino de esperanza,
Con nuestro plasma en la copa.
Debimos habernos detenido
Antes de habernos asesinado
Y resignarnos al olvido,
Del candente pasado.

Nuestra destrucción perentoria,
Fruto de un mefistofélico amorío
Endulzando en melomanía,
Un lóbrego repertorio.

Visítame en mis sueños vestido de blanco
Aun tocando nuestra sonata nocturna,
Cuando tu traje de gala níveo un tanto cadavérico,
Aun no se había teñido de muerte escarlata.

Es allí, en mis noches de ensueño,
Donde permanece intacta tu figura,
Inmaculada tu imagen,
Inmarcesible el sentimiento.
bailas en el cementerio con las promesas dadas,
Y besas por quinta vez una muerta anunciada.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2018 ⏰

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