El Chico Del Piano

Pintura y olvido

El viento resollaba a través de las paredes,
Como queriendo hablar,
Como queriendo llamarle,
Pero nunca encontraron respuesta.
Nunca hubo quien escuchara como lloraban las nubes,
Y si las viera,
Si me viera;
Guardando en el sótano su aliento, su última frase romántica,
Que nunca fue amistad, no fue amor, fue nada.

así observando su pintura,
Con el lóbrego caer del sol y el agridulce salir de la luna.
Su arcano corazón que creía conocer.
Se escondía en el diluvio de mis ojos los suyos,
Esos cristales nocturnos,
que me cortaron en pedacitos.

Donde descansa el oleo,
Queda la mancha de una obra terminada,
O tal vez incluso a medio empezar.
Seria una de muchas obras inconclusas que se pierden en el olvido,
En mugre y telas.

Por mi rondo su nombre tanto tiempo que cuando ya no quise recordarlo me quedé nula.
Pero quería decirle que no le construí un alcázar de mentiras,
Aunque muchas veces le pinté truenos donde solo habian níveas nubes.

Queria decirle que le quise como solo a él se le puede querer,
Como sólo yo puedo hacerlo.
Y de haberle querido cómo nadie a tener que olvidarlo cómo todos, tal vez no era lo apropiado.

Pero para este amor recalcitrante el tiempo nunca es oportuno.
La sevicia de su alma se asoma por los poros de la tela donde seca espera su pintura.
Y aunque ambos quedamos olvidarlo el fue el marco y yo su retrato de noches en laguna.