Octubre de TodoMomo

Maraton de Terror

Era una noche de tormenta, se había anunciado por radio y televisión que llovería a cántaros por lo que nadie había tomado la decisión de salir aunque era su día libre.

—No puedo creer que este lloviendo así— Toru se dejó caer dramáticamente en el sofá.

—Y que lo digas— habló Mina decaída puesto que ambas chicas no habían escuchado las noticias y tenían planeado salir a bailar.

—Me iré a dormir— interrumpió Kyoka lanzando un bostezo.

—Buena idea— la siguió Tsuyu pues ya era tarde y era evidente que no llegarían a ningún lado.

—Son muy aburridas— afirmó Uraraka que las veía con desaprobación desde uno de los sofás.

—Lo sentimos, no veremos el maratón de terror contigo— Ashido habló encogiéndose de hombros... —Tenemos otros planes, aprovecharé que ya me he arreglado para hacer algo divertido.

La peli rosa y Hagakure lanzaron una risita traviesa y desaparecieron de la sala yendo en dirección a las habitaciones de los chicos.

—¿Otra vez?— bufo Kyoka cansada negando con la cabeza. —Me voy.

Tsuyu vio a sus dos amigas alejarse hasta que se perdieron en el pasillo, luego observó en dirección a donde Jirou se había marchado. —Iré a dormir.

Uraraka puso los ojos en blanco y apagó las luces de toda la planta baja, se hizo un plato de palomitas y tomó algunas bebidas del refrigerador. Se tumbó en el sofá cubriéndose con una manta pues había abierto una ventana para que el sonido de la lluvia y la brisa helada pudieran alcanzarla.

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Pasó un rato, ya había visto la primera película de horror de la noche pero no le había resultado divertido en lo más mínimo, cuando menos quería compañía para hablar de algo en las escenas aburridas y con quien impactarse en las escenas de miedo.

—¿Ochako-chan?

La voz de Momo hizo que sus ojos destellaran.

—¡Yaomomo! Ven a ver películas conmigo.

Momo la observó unos segundos y se acercó a ella.

—Wow, no me digas que tú también vas con los chicos— las cejas de la castaña subían y bajaban.

—N-no, esta es mi pijama— hablo un poco apenada tapándose con sus manos pus solo llevaba una pequeña bata de seda en color púrpura.

—Toma— Uraraka le extendió una manta para que se cubriera —Si nos quedamos dormidas Mineta-chan no puede verte así.

—Bien, pon la siguiente película— Yaoyorozu sonrió cubriéndose y recostándose en el sofá libre.

La película empezó con una chica en el suelo arrastrándose, tras de sí iba dejando un rastro de sangre y de la nada salió un tipo con una katana cortándola por la mitad.

—Se ve interesante— habló Bakugo recargándose en el sofá.

—Si, si ven a sentarte— Habló la castaña haciéndole espacio junto a ella.

La película siguió y siguió por algunos minutos donde la lluvia afuera parecía la ambientación perfecta. Hubo un sonido de golpeteo, la perilla de la puerta empezó a girarse y los tres chicos abrieron grandes los ojos porque todos estaban dormidos y quien rayos estaría de visita a la 1:30 am con esa tormenta. La puerta se abrió por completo dejando ver una sombra negra.

—¡Kya!— grito Momo arrojando un control ante una mirada de «loca» que le había lanzado Bakugo mientras la castaña dio un salto abrazándose al rubio.