Prólogo

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Rei soltó un pequeño quejido cuando la contracción le llegó

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Rei soltó un pequeño quejido cuando la contracción le llegó. Era débil y poco constante, así que, sumando tan solo las 30 semanas de embarazo que poseía, era difícil que fuera un aviso de que su tercer hijo iba a nacer.

—Varón ¿eh? —dijo Enji frente a ella observando la ecografía. Hasta ahora era que el pequeño había dejado ver su sexo. La mujer miró de reojo a su esposo que observaba con el ceño fruncido la ecografía como si ésta le dijera que quirk podría tener la criatura.

A Endeavor no le importaba si era varón o niña, él solo esperaba que el heredero tuviera la mezcla perfecta entre fuego y hielo que él ansiaba. Esperaba el perfecto, para eso la había tomado a ella como esposa.

Su esposo dejó la ecografía en la mesa y se levantó. Rei fue tras él para ayudarle a ponerse el abrigo antes de irse a trabajar. En la sala de estar, se encontraban Touya y Fuyumi jugando entre ellos. Enji los miró con el ceño fruncido.

—No me importa si es una niña o un niño —comentó el hombre aun observando a sus primeros hijos—, lo único que quiero es que tenga el quirk perfecto —y salió. Rei sabía que trabajaría toda la tarde y noche, estaría sola con sus pequeños.

Ella soltó un suspiro aliviado y se acercó a sus hijos que apenas la vieron le dieron una enorme sonrisa.

—¿Papá ya se fue? —preguntó Fuyumi. A pesar de tener solo tres años, ella estaba definitivamente más desarrollada y su lenguaje era un poco más amplio.

—Sí —respondió Rei agachándose, acariciando su vientre para sentarse con sus niños. Touya le sonrió, sus ojos grises brillando y le hizo señas. Rei no entendía porque su hijo pocas veces hablaba, ella sabía que tenía el vocabulario para hacerlo. Sin embargo, sonrió y se dispuso a mantener un juego con ellos.

Touya y Fuyumi eran mellizos, sin embargo, la mayoría de nutrientes que Rei consumía en su primer embarazo los tuvo Fuyumi desarrollándose más que su hermano mayor. Touya era muy pequeño para su edad y no hablaba lo suficiente.

Tardó para todo: Para hablar, para caminar, para correr.

Por eso Rei sabía que Enji no especificaba si quería que su heredero fuera niño o niña. Porque el primer varón que ella le dio salió tan defectuoso, que ella sabía que un quirk de tal magnitud podría matarlo.

Touya requería más servicios médicos por su falta de peso y movilidad, pero aun así Rei lo amaba con su alma. Era su hijo, así de simple.

La mujer acarició el cabello blanco de su niño y éste soltó una risita ante la caricia de su madre. Fuyumi soltó una risita ante ésto y abrazó a su madre en su cintura colocando su oreja sobre su vientre.

Rei sonrió cuando sintió que su pequeño se movía. Tenía miedo de que éste también saliera defectuoso, pero también temía que fuera el elegido, puesto que ella sabía que tendría un entrenamiento brusco, perdería su infancia y sería separado de sus hermanos.

Sin embargo, decidió no pensar en eso por ahora.

Rei se sintió en calma, aun su alma estaba en paz, aun su mente estaba sana.


Nota: Este texto nació por una razón: Amo a Natsuo y necesito que más. Me encanta la teoría de Dabi siendo Touya, pero en este caso no lo tomaré. Lo desarrollaré de una forma diferente y MUY dolorosa XD Bueno, espero que les guste, me siento muy feliz de haber comenzado este proyecto: ") 

Pd: Muchísimas gracias a @MaeNoken por ese hermoso separador que me hizo!!!

Los hijos del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora