Dos

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Fuyumi escuchó a Touya toser pesadamente mientras esperaban que el presentador de la UA anunciara el examen físico

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Fuyumi escuchó a Touya toser pesadamente mientras esperaban que el presentador de la UA anunciara el examen físico.

Ella miró a su hermano mellizo y se mordió el labio. Touya se veía más pálido de lo normal.

—Tou, si no te sientes bien, podemos irnos —le susurró ella. Touya negó con la cabeza.

—Estoy bien —dijo. Fuyumi tan solo se ajustó los lentes.

Ella siempre se sintió culpable, aunque le dijeran que en verdad no tenía nada de culpa. Ellos eran mellizos, se suponía que debían medir y pesar al menos lo mismo.

Pero no, Fuyumi se había consumido todos los nutrientes que le pertenecían a Touya y lo había dejado poco desarrollado y sumamente frágil. Aunque cabía decir que el entrenamiento tan arduo que su padre les había dado a ella y a Touya no había ayudado en mucho.

La salud del adolescente fue decayendo año con año, y Fuyumi temía que su hermano muriese. Estaba segura que no iba a poder con el dolor, que su madre recaería nuevamente y que Natsu odiaría aún más a su padre.

Natsu era muy apegado y sumamente protector con Touya. Asumía que como él físicamente era el más grande de los tres, era el responsable de cuidarlos siendo incluso el menor.

¿Cómo reaccionaria Shōto?

Oh, su pequeño Shōto. Tan pequeño y con un peso enorme encima. Fuyumi era la única que tenía permitido hablar con él, ella era la que lo estaba terminando de criar y aún así, Fuyumi podía sentir la frialdad en su corazón.

Tanto dolor en un niño de tan solo nueve años.

La joven suspiró y apretó el agarre en su mochila con un suspiro, siguió escuchando a la presentación del examen para no perderse nada.

No quería decepcionar a su padre.

No quería decepcionar a su padre

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Robots.

Touya no esperaba más, él sabía que el examen iba a ser exigente pero tampoco pensó que mucho.

Había logrado derribar varios antes de perder la respiración y que sintiera que su interior ardía.

Necesitaba su respirador, pero no era el mejor momento.

Los hijos del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora