Doce

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HIJOS DEL INVIERNO ENTRA PARA LOS WATTYS!!


Había una muy extraña calma cuando Natsuo entró a la residencia Todoroki. Fuyumi ni Shōto estaban a la vista, y era fin de semana, así que ninguno de los dos podría estar en la escuela.

Miró la hora, notando que aún no era mediodía así que tal vez Fuyumi sí estuviera aún en la UA, dado que ella tenía clases los sábados.

Lo había olvidado.

Es que ni siquiera se escuchaba a su padre y la calma le daba una sensación de temor que si estuviera furioso.

Bueno, ya había cometido su crimen, y aunque sabía que su padre se iba a enfurecer, estaba aterrado. Toda su valentía comenzó a drenarse.

Suspiró y entró. Hizo un rezo al altar en donde aún aguardaba la fotografía de Touya y se dirigió a la oficina de su padre.

—Estoy aquí —llamó. Se ajustó la chaqueta de All Might.

—Entra —la voz de su padre era fría y sin sentimientos.

Maldita sea.

Natsuo entró para encontrar a su padre metido en su portátil. Tenía el ceño fruncido y la barba y el bigote encendido con fuego. Un signo de fuerza y autoridad que con sus hijos no era necesario mostrar, pero ahí estaba.

Natsuo podía sentir que sus miembros se congelaban, pero aún así se mantuvo firme y lanzándole a su padre una mirada dura, con esos mismos ojos azules que había heredado de él.

—Tengo contactos en la UA ¿sabes? —le dijo el hombre y Natsuo se cruzó de brazos. Su padre aún no había levantado la mirada de la pantalla—. Después de lo de Touya y Fuyumi quise utilizarlos. Me enviaron los vídeos de tu exámen —levantó la vista y su ceño se frunció más al ver la chaqueta de su hijo. Se levantó, mostrando imponencia en su altura. Altura que el mismo Natsuo había heredado. Volteó la pantalla de su laptop y el albino pudo observar la desastrosa presentación que hizo.

Sonrió, lo cual no le hizo nada de gracia a su progenitor.

—Ni un solo punto, ni de rescate —dijo su padre—. Al menos tus hermanos hicieron una presentación aceptable, pero tú... hiciste una desgracia. Escapaste de cada objetivo, pusiste en vergüenza nuestro apellido.

—No te preocupes, nadie más que los profesores saben que soy tu hijo. Hasta me registré con el apellido de mamá con tal de que no me relacionaran contigo. Digo, después de todo, no me ves como tu hijo —la mirada furiosa de Enji se intensificó. Natsuo se mantuvo firme, no tembló cuando su padre se acercó con pasos fuertes.

Ya estaba preparado, una bofetada no iba a dolerle.

Sin embargo, su padre no lo golpeó. Solo tomó un puñado de la chaqueta de su hijo y comenzó a prenderle fuego.

Al sentir el calor del fuego, Natsuo se quitó corriendo la chaqueta y la dejó en el suelo, observó cómo se quemaba lentamente.

No le dolía, el dinero no había sido de él.

Soltó un quejido cuando sintió la mano ardiendo de su padre agarrar su brazo.

—Todo lo que haces es para desafiarme —gruñó el hombre. Natsuo trató de fingir que no le dolía la quemadura que se estaba produciendo en su brazo.

—Al menos sí te das cuenta. Pensé que no lo hacías —Enji gruñó y soltó a su hijo.

Natsuo se miró el brazo notando la marca roja que tenía en él.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2019 ⏰

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