Déjame contarte que no fue fácil.
No fue fácil regresar a esos días en los que no tenía a nadie con quién hablar de ideas o sueños... Sueños que solo tú entendías.
No fue fácil despertar sin tus mensajes de "buenos días", esos que ya me tenían tan acostumbrada; o irme acostar sin tus llamadas nocturnas las cuales parecían no tener fin.
No fue fácil despertar a las tres de la mañana para después mirar tu ventanilla de mensajes y darme cuenta que ya no estabas... Que ya no estábamos.
No fue fácil caminar sin ti, pero tampoco fue tan difícil darme cuenta de que sin ti seguía caminando segura.