Capítulo 10: Cariño.

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Advertencia: Divergencia del canon.

Beteado por la fabulas Sthefynice.

Capítulo 10: Cariño.

Después de haberlos encontrado explorando sus gargantas, Shiro y Allura les dieron una especie de charla preocupada sobre comerse el uno al otro en lugares públicos y, finalmente, los felicitaron por su nueva relación. Allura los apretó en un abrazo rompe-costillas con su descomunal fuerza Alteana, y Shiro les dio una palmada tan fuerte en los hombros con su brazo robótico, que los hizo trastrabillar.

Lucían tan felices que simplemente no pudieron decirles que aún no sabían qué era lo que aquello significaba para ambos.

—No creo que tenga que darles la charla del gran hermano mayor— medio sonrió Shiro, con una insinuante sonrisa de pocos amigos. Keith y Lance negaron con vehemencia, definitivamente no querían una charlar sobre sexo seguro y relaciones románticas saludables cuando apenas se habían dado besos torpes que, mayormente, terminaron en Keith teniendo un ataque de pánico.

Una vez los dejaron solos y con los ánimos ya calmados, se dispusieron a hablar, tan tímidos como al principio, sentados en posición india uno frente al otro, bajo la suave luz de las estrellas.

—Bueno... supongo que esto es... ¿algo?—Keith tartamudeó. Podía enfrentase a un ejército Galra solo, pero definitivamente hablar sobre romance no era algo que podía hacer con confianza... no aún.

Necesitaba el apoyo de Lance para siquiera seguir ese hilo de ideas.

—Sí —Lance suspiró, su voz fue más un jadeo abrumado que una afirmación. Keith se giró para evitar mirarlo a la cara, todavía sorprendido por lo rápido que todo pasaba—. Quiero decir —saltó Lance, dándose cuenta de su arrebato—... si eso es lo que quieres, si ambos lo queremos. Ya sabes, debe ser... mutuo.

Lance estaba sonrojado, no eran más que manchas apenas visibles por la oscuridad del observatorio y su tono de piel, pero para Keith siempre era entrañable.

—Sí quiero— suspiró, cortando el monólogo atropellado de Lance.

—Bien— Lance chilló, aliviado—. Eso ya es algo... ahora, ¿qué haremos a partir de aquí?

Keith lo sopesó por un momento.

—Aún me necesitan en Marmora.

Lance lo había supuesto.

—Bueno, ¿una relación a distancia?— su tono era dudoso. Todo en Lance gritaba duda, desde su postura semi-inclinada, hasta su expresión torcida.

—La guerra está acabando— era cierto, Keith lo sabía, Lance lo sabía y el hecho de que Keith luciera seguro hizo sentir seguro a Lance de vuelta—. Tal vez por unos meses, no más de lo que ya hemos experimentado— Lance torció de nuevo el gesto, su nariz fruncida, como si algo le oliera mal. Keith bufó—. Vamos, actúas como si hubiese sido tortura.

—¿Qué te asegura que no lo fue?—chilló. Keith no podía creer que estaba enamorado de un niño grande.—Estabas siempre tan cerrado y yo- bueno, yo sinceramente pensé... que no te merecía.

Lo último fue un susurro bajo y tímido, Lance estaba ahora encogido y silencioso frente a él.

Keith suspiró, Lance había tenido sus inseguridades, por supuesto, ¡todos las tenían constantemente! su continuo rechazo solo debió agravarlas a pesar de que Lance intentara mostrarse seguro respecto al tema.

Excepto a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora