10.Consecuencias de una Gala

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Para Draco la casa nunca le había parecido tan vacía. Después de su desquite durante la subasta, Ginny había desaparecido literalmente. Debía de haberse pasado por allí, porque faltaban varias de sus cosas, pero no le había dejado ninguna nota, sin embargo él se imaginaba muy bien adonde se había ido y con quién.

Draci se había pasado todo el día siguiente tirado en el sillón, mirando el techo, detestándola a ella y a sí mismo por haberse engañado, recordando cómo se quedó de una pieza cuando Ginny se había parado allí mismo en el escenario y había gritado frente a todo el mundo que él no valía nada. ¿Qué se creía?, se preguntaba; si fue ella quien estaba besándose apasionadamente en el pasillo de aquel lugar tan solo unos minutos antes con su "Theodor", que podía reclamar, acaso el que lo haya hecho en un pasillo tenía mucha diferencia con que él lo haya hecho sobre el escenario.

Eran esos cuestionamientos los que rondaban por su cabeza en el instante posterior en que Ginny le había gritado frente a todos y se había dado la vuelta saliendo del lugar por aquellas grandes puertas, pero a pesar de eso, no pudo evitar las enormes ganas de salir tras ella. Su cavernícola interior había amenazado con emerger, dictaminándole que corriera hasta alcanzarla, la suba sobre sus hombros, ignorando los posibles gritos que ella emitiría en desaprobación, y se la llevara lejos para obligarla a que lo ame, a que se enamorara de él, de la misma forma en la que él estaba perdidamente enamorado de ella.

Pero todos esos eran sueños y fantasías. La realidad fue que Draco se quedó parado allí mismo, absorto, sorprendido, como un verdadero idiota.

*Volviendo a aquella noche*

-Wow mil dólares! –había escuchado Draco en la voz del subastador, sacándolo de su ensoñación.

-Mil dólares a la una, mil dólares a las dos, mil dólares a las tres! –El estruendoso golpe del mazo subastador, se escuchó como un sonido seco en su cerebro –Eso es señores, una noche perfecta con el perfecto y más codiciado soltero Draco Malfoy, ha sido vendida por nada más y nada menos que mil dólares a la Señorita Astoria Greengass.

En ese momento la cara de Draco había sido todo un poema, los aplausos de la gente no se dejaban de escuchar, como que aquel incidente con Ginny jamás hubiera sucedido y una Astoria enrojecida de la vergüenza lo miraba con esperanza y anhelo enamorado hacia un lado del escenario.

Esto no podía estarle pasando, la que pensó que sería una de las mejores noches de su vida se había convertido en un infierno. Ron había corrido en su auxilio como uno de los mejores amigos que siempre fue y lo había sacado de la escandalosa fiesta para brindarle su apoyo, en lo que sea que estuviera pasando. El chico musculoso no entendía nada.

La noche para el pobre Ron fue bastante agotadora, sabía que no podía dejar solo a su amigo. Hermione le había dicho que no se preocupara por ella, ya que se regresaría con sus padres, los Granger, ahora era imperativo que su esposo acompañara a Draco.

-Porque Ron? Dime amigo por qué, dame una razón que valga la pena... si yo lo único que hago es amar a esa mujer con mi vida –le decía Draci después de haberse tomado casi todo el alcohol del viejo bar del pueblo.

-Ya no bebas más, yo soy tolerante al alcohol pero esta vez no puedo llevarte el ritmo. Estas bebiendo como un poseso! Ya déjalo! –le aconsejaba Ron quien lo acompañaba con una cerveza mientras Draco bebía un whisky tras otro.

-Lo necesito hermano! Necesito borrarla de mi mente, necesito sacarla del corazón. No ves que no entiendo nada, no entiendo una maldita cosa. ¿Por que permitió que me engañara a mí mismo, por qué si seguía amando a Theodor dejó que me ilusionara con ella?. Es que no lo entiendes hombre? Ginny es la mujer por la que daría mi vida! Maldito Tho, Maldito yo por haber sido un verdadero imbécil, maldita la vida.

Desafío de Amigos |ADAPTACION|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora