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(3) tristeza

-¡Michael, no voy a repetirlo! ¡Se te va a ir el colectivo y yo no puedo llevarte al colegio, así que levántate ahora!

Era la quinta vez que su mamá lo levantaba en el día con gritos, y la única acción que se le ocurrió hacer era taparse la cara con la almohada y respirar hondo. Se levantó y se puso el uniforme sin lavar (el cual odiaba) y salió de su habitación sin ni siquiera lavarse la cara.

Su hermana menor no paraba de correr por toda la casa mientras que cantaba alguna canción de sus dibujitos favoritos y eso le hacía doler la cabeza. Se bajó su leche chocolatada de todas las mañanas de un sorbo y volvió a su habitación para agarrar su mochila. Dejó la casa sin saludar a nadie y se dirigió a la parada del colectivo.

Se puso los auriculares aunque solamente tenía quince minutos de viaje y rezó para que no se duerma. Un chico rubio que parecía bastante alegre se subió al colectivo y se sentó al lado de una chica morocha la cual estaba apoyada contra la ventanilla. Se preguntó cómo era posible que alguien tuviese tantas ganas de vivir y más a esa hora de la mañana. Le pareció que ese chico no era de este planeta.

Cuando llegó al colegio se tiró en su pupitre y cerró los ojos, incluso aunque haya sonado el timbre de entrada el siguió acostado sin decir nada. Sus compañeros pasaron por al lado suyo, pero no dijeron nada, solamente se miraron entre sí y siguieron con su charla.

-¿No crees que tiene la música muy fuerte? - Dijo uno de sus compañeros.

-Me encanta Jake Bugg - Dijo la chica respondiéndole y miró a Michael,el cual había levantado la cabeza encontrándose con la mirada de ella, la cualretiró al instante y se fue a sentar.