(6) alegría

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Luke se subió al colectivo y vio a su amiga durmiendo, decidió no despertarla ya que seguro se había quedado despierta hasta tarde mirando una película o algo por el estilo y se puso los auriculares. Empezó a mirar a su alrededor hasta que su vista se detuvo en un chico con auriculares negros el cual parecía un muerto, ya que no mostraba emoción alguna y estaba tirado contra la ventana mirando a un punto fijo en frente suyo. Le pareció bastante raro y dejo de mirarlo concentrándose en su propia música. Una parada antes de tener que bajar, la despertó diciéndole que habían llegado y ella se refregó los ojos, para después pararse y bajar del colectivo.

Esta vez no tuvieron que esperar a que abran las puertas porque cuando iban subiendo las escaleras de entrada, estas se abrieron y ellos entraron junto con todos los alumnos. El dejo su mochila en el aula y se fue directo a la de su amiga, saludo a todos los que ya estaban adentro y se quedó con ella esperando a que el timbre de la primera hora sonara. Hablaron un poco de la serie que Stella estaba viendo y Luke le dijo que algún día iba a verla.

En la hora de gimnasia hizo todos los ejercicios de preparación física que había mandado el profesor y después fue el capitán de su equipo de futbol, el cual perdió, pero el solamente felicito a los ganadores y le dijo a su equipo que la próxima vez iban a tener más suerte. Sus compañeros nada más lo miraron y sin decirle nada fueron a los vestidores. Él se quedó afuera esperando a que las chicas terminaran de hacer educación física y cuando su amiga salió ya vestida, se fueron juntos a comer a Burger King.

-¿Cómo te fue hoy? – Le pregunto cuando se sentaron y ella saco la hamburguesa de su envoltorio.

-Bien, supongo, la profesora no corrigió las pruebas y se desató todo un debate de que los profesores tendrían que corregirlas y toda la cosa. No sé, algo raro – Tomo un poco de gaseosa de su vaso – Y bueno, en gimnasia digamos que hubo días mejores.

-¿Por qué?

-Siempre hacemos vóley, no sé porque de la nada a la profesora se le ocurrió ¡saltar la soga! Tenemos quince años, ¿Quién salta la soga a esta edad? – Luke no paro de reír por un buen rato, contagiándole la risa a su amiga, a la cual casi se le sale su bebida por sus fosas nasales y eso desato una risa mucho más fuerte - ¡Basta deja de reírte! Que vergonzoso, Dios.

-Perdón, perdón, fue muy gracioso.

-Te odio.

-El odio es algo malo, Stella. Deberías pensar en cosas lindas, como no sé, el amor, flores, música.

-¿En eso se basa tu cerebro no? ¿En azúcar, flores y muchos colores?

-Claro, ahora soy una super poderosa, ¿no?    

feelings; 5sosWhere stories live. Discover now