Cass
”Toma mi parte de un corazón inconstante, la mía de un amor miserable. Tómala o déjala tal como desees. Me lavo las manos de esto” ~Christina Rosetti (Maude Clare)
Lanzo el celular con tanta fuerza que la tapa de atrás cae y la pila rebota por el suelo. Lo miro con furia durante unos segundos y después suspirando me arrodillo para levantarlo, no debería de desquitarme con mis cosas pero claro Derek no estaba lo suficientemente cerca como para que pueda lanzar mi ira contra él. ¿Qué diablos se le había metido a la cabeza? Oh claro, trato de cuidarlo y se va y se mete en la cama de una tipa cualquiera.
—Estúpido— gruño terminando de armar mi celular y lo coloco sobre la cama, yo me quedo sentada en el suelo abrazando mis piernas, la ira y los celos hacen que incluso pueda sentir la lenta circulación de la sangre en mi interior. Me siento envenenada y duele. Y sumado a eso le debo dinero a Alex, oh si estaba tan molesta ayer que incluso aposte con él, que idiota fui por confiar en mi hermano. Cierro los ojos recordando la música estridente sonando por todos lados, el olor a alcohol y personas amontonadas me hacía arrugar la nariz mientras caminaba detrás de Alex. Habíamos ido a dejar el ultimo encargo de Alex, me había molestado bastante cuando me había enseñado la bolsa con pastillas y la otra con ese fastidioso polvo blanco, pero más allá de la molestia había estado el miedo, hacia un tiempo yo había estado tan cerca de caer a un oscuro pozo, siendo adicta a eso. Derek había ayudado inconscientemente a evitarlo. Suspiraba abrazándome a mí misma viendo a todos esos chicos ebrios, algunos celebrando cuando vieron a Alex, adictos a lo que el ofrecía. Imbéciles.
Estuve a punto de darme la vuelta diciéndole a Alex que lo esperaría en el auto cuando lo vi. Estaba algo sudado, su cabello estaba revuelto y no estaba establemente de pie pero era él, Derek. Hablaba con una chica de cabello rubio artificial, la ira ardiente broto en mi pecho. Después de unos segundos ella lo tomo de la mano perdiéndose con él, el aire salió de mi pecho como si me hubieran golpeado en el estómago. Di un inconsciente paso hacia adelante y entonces Alex me tomo por la cintura.
—Veinte dólares a que se acuesta con ella— podía sentir la burla en su voz. Endurecí mi expresión.
—De acuerdo— Derek no lo haría, no podía. Sentía lo mismo que yo ¿no? Si yo cada que besaba a Alex me daban ganas de vomitar él no podía hacer algo más... No podía. Con oscura incertidumbre había llegado a casa. Y ahora que cuando lo llamé estaba con ella.
La traición hacia mella en mi pecho llenando mis ojos de lágrimas, me levanto y las limpio con furia, no pasaría. No esta vez. Si quería revolcarse con todas las chicas de la ciudad debía tenerme sin cuidado. Tenía ese derecho, no era mío. Después de todo yo solo era una chica "enferma" que se sentía atraída hacia él. Me encojo de dolor ante el pensamiento, sabiendo lo poco que todo significó.
Mi celular suena en mi cama lo tomo aun una parte esperanzada esperando que sea Derek quien llame, pero estoy equivocada es Alex. Frunzo el ceño antes de contestar.
—¿Qué diablos quieres ahora?— gruño desquitando mi ira por segunda vez en mi celular, pobre, a este paso no durara mucho.
—Oh mi pequeño pajarillo está molesto— se burla suavemente, ¿cómo diablos había podido aguantarlo durante tanto tiempo? Oh, sí era un idiota manipulador— Gané la apuesta ¿cierto?
Auch, otro golpe —Te daré el dinero después, ¿Qué es lo que quieres Alex? No estoy de humor.
—Tenemos otro trabajo esta noche.
—Oh no Alexander— grito molesta— yo ya termine contigo, estoy harta. ¿Entiendes? Búscate otra maldita mosca muerta que sea tu sombra y déjame en paz.
Después de unos segundos una risa suena del otro lado de la línea, se está burlando de mí.
—Ese es el porque te escojo a ti Cassie querida, ninguna otra tiene una bocota como tú —suelta otra ligera risa—Paso por ti a las siete. Ve preparada.
Cuando cuelga dejo con cuidado el celular en mi cama y bajo las escaleras, buscando alguna otra cosa con que desquitarme. Mi madre está en la sala de estar, había peleado con mi padre hace algunos minutos, lo había oído salir furioso de la casa y mamá aún estaba tensa la molestia irradiando de ella como un halo de luz reflectante. Sus ojos decían "peligro", cualquiera que le hablara ahora se enfrentaría a una verdadera fiera. Una petulante sonrisa se pinta en mis labios. Perfecto, es justo lo que necesito.
Derek aparece justo a la hora de la comida por lo que yo me la salto, ni siquiera tengo el valor de verlo. Cuando escuché su voz corrí hacia mi habitación quedándome en silencio hasta que el reloj marca las seis treinta. Mi madre me ha dado su prohibición de no salir de la casa, cosa que yo no pienso cumplir, tengo que llegar donde esta Alex y aparte tener a Derek a unos cuantos metros de distancia es insoportable. Me preparo minuciosamente concentrándome en mi aspecto en lugar de dejar que cualquier pensamiento invada mi cabeza. Cuando estoy satisfecha cubro todo con una sudadera larga gris con capucha, me llega casi a las rodillas, incluso más abajo que mi vestido por lo que mis piernas desnudas se asoman con timidez por los bordes. Trato de no pensar en eso mientras busco mis zapatos altos.
Alguien entrando en mi habitación interrumpe mi búsqueda.
—¿Puedo entrar?— dice Derek recargando su espalda en la pared que está a un lado de la puerta, siento sus ojos evaluando mi vestuario pero no dice nada.
—Ya estas dentro ¿no?— mi voz es fría mientras regreso a la búsqueda de mis zapatos— No hay mucho que pueda hacer a esta altura.
—Cass...— comienza pero yo lo callo antes de que pueda decir algo.
—Hermano en realidad no tengo ganas de oír tu grandioso sermón, estoy cansada ¿podemos hablar después?— todo eso lo recito sin mirarlo a los ojos, ni siquiera observo su rostro, no creo ser tan fuerte.
—Mamá te prohibió salir— dice muy serio. Muerdo mi labio ¿cómo lo adivino?
—¿Quien dice que voy a salir Derek? —señalo mi gran sudadera como evidencia mientras mi mirada lo reta. Hace una mueca.
—Tu peinado— señala mi cabello dorado que cae pulcramente arreglado sobre mis hombros— Y llevas maquillaje
Me doy una sacudida interna intentando contestar algo inteligente. Podría quedarme en casa solo para mostrarle que se equivocaba, pero si no me encontraba con Alex... las cosas se pondrían feas, y quedarme en casa solamente para sentir la fría indiferencia de Derek, o que me cuente que paso la noche anterior... No. Tomo un trago de aire y enderezo mis hombros. Me acerco a él y pongo una mano sobre su brazo, su mirada es interrogante.
—No tengo que darte explicaciones sobre lo que hago Derek— mi voz es dura, al igual que mi mirada, sus ojos se abren con sorpresa— Ahora si me disculpas se me acaba el tiempo, así que, sal de mi habitación— le doy un empujón hacia la salida y camina con lentitud, cuando por fin esta fuera de mi cuarto le cierro la puerta con brusquedad sin mirar su rostro. No puedo pensar en eso ahora. Miro el reloj notando que voy tarde. Mierda.
Como sé que no poder salir por la puerta principal abro la ventana que da hacia el patio trasero de mi casa. Salgo fácilmente bajando por una pequeña cornisa que está justo al borde del patio. Sonrió cuando mis pies tocan el suelo, salto la cerca con facilidad y me echo a correr sintiendo que alguien me observa a mis espaldas, desde la casa. Podría ser Derek o simplemente ser la culpabilidad por haber tratado a mi hermano de esa forma. Suspiro no es momento de angustiarse. Eso puede quedarse para después.
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Keep Me In Secret - Keep Me #1
Romance"¿Acaso hay algo peor que enamorarse de tu propio hermano?" Cassandra y Derek Grey se torturan con esta pregunta después de haber probado los labios del otro por primera vez. ¿Qué es lo que puedes hacer si sientes algo prohibido? Ignorarlo por supue...