Una larga platica.

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—Yo... los dejaré solos. Andlina, Andlina, ten, toma esto, toma a Cam...—le pidió con un leve tono de duda.—Vaya, nunca pensé decir eso, jaja, que divertido es todo esto.

—Mayaaaa

—Okay, okay, necesitan tiempo, me voy.—le dejó el celular a su amiga y salió corriendo en dirección a su habitación.

Andlina tomó el teléfono con sumo cuidado, sin observar al chico en la pantalla, cruzó la estancia hasta llegar a un cómodo sillón.

—¿Por qué no me conectas a la televisión? Podrás apreciar mejor mi belleza.—ella lo hizo, seria, incluso se veía distraída y ajena a esa situación.—¿Que pasa, cariño, no estás feliz de verme?

Tragó saliva fuertemente, y mantuvo el teléfono cerca para que Cameron la escuchara.—Yo, imagine un montón de veces este momento, el volver a verte, escuchar tu voz, tu risa, pero no así, no a través de una pantalla.

—Yo... lo se, An, solo pensé que mínimo te gustaría esto. Es mejor que nada.—el tono de su voz había caído de gran felicidad a apenado, casi deprimido.

—Te largaste. Te fuiste, me abandonaste sin más, no me dijiste nada más que "pronto estaremos juntos". ¿Como crees que me sentí? Estaba recuperándome de un episodio, al parecer muy grave, y se te hizo muy fácil terminar de romper mi cabeza, sin explicar, sin decir nada, fuiste un cobarde, le dejaste todo a Karan y Maya, ¿claro, verdad? Que ellos se las arreglen, que ellos le digan a la pobre chica enferma que me largo, y ahora "vienes" muy quitado de la pena esperando que te reciba con amor y lágrimas de alegría, pues, ¿que crees? Eso no pasará, Boyce.

Dejó el teléfono en el sofá y corrió en dirección a la cocina, llorando.
Sabía que no debía haberle dicho eso, que debió quedarse callada, enfrentarlo después, pero no pudo evitarlo, estaba molesta, estaba dolida, él la había abandonado sin explicarle nada. Aunque claro, estaba triste, desde su partida (qué había sido hace poco) no había día que no lo extrañara, que no pensara en el, pero la vida es horrible y da un montón de vueltas que solo te marean y confunde la dirección en la que solías andar.

Limpió su rostro y regresó a la sala de estar. Cameron seguía ahí, en silencio.

—Perdóname. Se que estuvo mal, no debí hacer eso, no debí dejarte así, sin darte explicaciones ni nada, fui un idiota pensando que sería más fácil para ambos que yo me fuera rápido, ya veo que me equivoqué, lo lamento mucho.

[***]

—¿Y de que va la película?

—No puedo dar muchos detalles, solo te dire que la estoy pasando de maravilla, el elenco es asombroso, los productores son geniales, en serio saben lo que hacen y la trama es tan increíble, te atrapa completamente y no lo digo por qué sea el protagonista, en serio, no puedo esperar a que el mundo la vea.—sonrió con entusiasmo.

—Wow. ¿Sabes? Ahora me gustaría que, Cam, el chico que conocí por qué tropezamos, ese que me enseñó a hacer pay de limón, el que se burla de los ingleses por su extraña forma tan propia de hablar, me platicara de su película, quisiera que ese Cameron me hablara, no al Cam que entrenaron para entrevistas.

—Lo siento, en este momento solo veo, como y respiro trabajo y cómo debo comportarme.—rió levemente, Andlina hizo lo mismo.—Es genial estar en una película, en especial por qué soy un personaje muy importante, pero es agotador, dicen que daré muchas entrevistas y tengo que estar preparado para hablar sin revelar nada importante, tengo miedo de arruinarlo.

—Como Tom Holland, él, en varias entrevistas ha dicho secretos de producción, es muy gracioso ver como lo arruina.—dijo entre carcajadas. Se detuvo al ver la expresión del chico.—Claro que tú jamás lo harás, Cam, podrás con eso.—rió nerviosa.

—Eres muy boba, An.—sonrió.

El chasquido de la puerta se escuchó, Victor y Libby entraban con bolsas de tela llenas de comida, habían ido a hacer las compras.

—Hola, mamá.—Cameron saludó a través de la pantalla.

—Oh, por Dios, mi bebé, cariño, ¿cómo estás?—soltó las bolsas que llevaba y corrió a la pantalla con los ojos llenos de lágrimas.—Mírate, te ves tan bien, ¿como has estado?

Víctor se acercó lentamente dejando las bolsas en la entrada, abrazó a su esposa por los hombros y juntos observaban a su hijo mayor.

—Yo... creo que los dejaré solos un rato.—Andlina sonrió dulcemente y se despidió de Cameron agitando su mano en el aire.

Subió las escaleras en dirección a la habitación de Maya y entró sin tocar. Su amiga estaba en la cama anotando algo en un cuaderno, la tarea del señor García, quizá.
La pecosa no dijo nada cuando su amiga se recostó a su lado en silencio, no pregunto si estaba bien o si estaba mal, si algo había pasado, solo dejó su cuaderno y bolígrafo de lado para acostarse con ella y tomar su mano.

—Estoy en shock.

—Lo se, linda, pero valió la pena que hablaran un rato.

Tal vez tenía razón, Maya, fue bueno hablar un rato juntos.

La amiga de Maya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora