One.

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Bellamy.

La alarma empezó a sonar alocadamente en mi buró, juro que iba a matar ese despertador por ser tan ruidoso, pero al apagarlo otra "alarma" empezó a sonar.

— ¡Bella! ¡Bellamy despierta! Se te va hacer tarde para tu primer día de escuela — esto último lo dijo en tono de tarareo.

O si claro, la escuela, como diablos no eliminaban esa cosa de una maldita vez.

Busqué la alarma para ver qué hora eran, con un solo ojo trate de visualizar pero no logré nada, la moví con la mano y en el intento me cayó cerveza en la mano entiendiendo mi dolor de cabeza "inexplicable".

6:00am

Era la hora que me demostraba la alarma, esto debería ser una maldita broma.

Hice el esfuerzo más grande que pude y me levanté, el piso estaba frío, un escalofrío recorrió mi cuerpo, sin duda hacia frío. Me metía a bañar y saliendo me vestí.

Llama entrante.

     Yael.
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— Estoy afuera de tu casa, abreme.

Fue lo único que dijo y yo salí disparado a la puerta, resibiendolo con un abrazo y una sonrisa, éramos casi del mismo tamaño y digo casi por qué el es unos centímetros más alto.

— ¡¿Lista para la escuela?! — hablo emocionado.

— Si, pero no sé de qué te emocionas si no vas encontrar novia ahí, nadie te quiere — reí.

— Es mi oportunidad de triunfar y si nadie me ama para eso estás tú — me sonrió.

— Una cosa es que te quiera y otra que me haga cargo de un bebé chillón como tú — empecé a comer del cereal que me servía mientras reía ante su gesto.

— Apúrate que ya nos vamos, culera — me miro mal.

Solo me reí y me comí mi cereal a una velocidad que hasta Flash se queda pendejo. Salí corriendo detrás de Yael y subí a su coche, camioneta más bien.

— Bueno tal vez novia no habrá, pero un crush no te vas a negar — me miró pervertidamente.

— Mi último crush casi me demanda por según "acoso sexual y acosador" — llore falsamente.

— Bueno eso fue en secundaria, pero también eras un poco intensa — río al recordar lo que pasó la última vez.

— Solo dije que me gustaba ella a un "amigo" y todo valió caca por qué se terminó enterando, el último año fue un infierno — suspire frustrada.

— Bueno, dudo que pase eso mismo este año, ya entramos a una nueva escuela, nueva vida — me dio una sonrisa que hizo que me tranquilizara.

— Ya te eh dicho que eres el mejor — limpie una lágrima falsa, por qué dramática se nace no se hace.

— Para ser vato, eres muy sensible — río ligeramente. - bueno bájate que ya llegamos.

[1.B]

¿Es este el salón? — asome mi cabeza al salón mencionado.

— Así dice el papel, "1.B" salón C21, ya equis y si no es pues es raro que uno llegue a tener suerte en su primer día — me agarró del brazo y me jalo a un asiento donde quedáramos los 2 juntos.

Si, para los que no se han dado cuenta en lo obvio, ambos quedamos en el mismo salón, estudiamos tanto juntos, que cuando fuimos hacer el examen, llegamos al mismo acierto de 78 y quedamos juntos, fue algo de suerte, pero quedamos juntos. Bueno siempre hemos estado juntos, desde preescolar, desde que mis padres conocieron a los suyos por una pelea pequeña en preescolar, vaya que se hicieron muy cercanos y ni que decir de nosotros.

— Buenos días chicos, bienvenidos a la escuela "Coliseo Boxter" espero empecemos bien este año, entonces empecemos por presentarnos — aplaudió y sonrió.

Todos se quejaron y yo no fui la excepción ¿Presentarnos? Acaso estábamos en primaria.

Pasaron nombres y voces diferentes, no le tome importancia a ninguno, hasta cierta voz.

— Me llamo Lizzi Moner, vengo de School Stenzi y espero ser su amiga — su mirada paso por todos pero se detuvo en la mía. 

Voltee rápidamente, me puse roja pero ¿por qué? Bueno es una pregunta estupida y una respuesta tan fácil. Me gustó esa chica, una crush nueva, no puede ser.

— Siguiente — hablo el profe pero nadie contesto.

— Bella, es tu turno Bella — llamo mi atención Yael.

Me levanté torpemente y no pude salir con otra idiotez más que esa.

— ¡Presente! — el rojo inundó mi rostro por mí torpeza.

"Aaawww" se escucho por parte de las chicas, murmullos fueron los de los chicos, escuché la voz de todos, pero de ella no, lo más seguro con ella no era tan probable.

— No, no, preséntate, eso será después — río el maestro que estaba con nosotros.

— Me llamo Bellamy Cannis y vengo de Buter Fox — sonreí.

— Interesante, igual que Yael, siéntate — me sonrió a la que yo le devolví también.

Suspire y escuche a mi amigo que se acercó a mi oreja.

— Ni creas que no me di cuenta, esa voz te aceleró el corazón y sabes que a mí mentir eso no se puede.

— Estás loco, ya hasta piensas que me va a gustar alguien a mi, después de lo que sucedió — hable igual que el, en susurro.

— Lo voy a descubrir y créeme si termino enterandome yo, te irá en feria — su tono cambio a serio y ese Yael no me gusta.

Será difícil demostrarle a Yael que no me gusta nadie cuando apenas escuché esa voz, mi corazón se volvió loco.

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