Cuando lo dije, miraste detrás de ti como si estuviera hablando a otra persona. Después volviste a mirarme, confundida y me dijiste:
-¿A mí? –No tuve más remedio que reírme de eso.
-Sí, a ti. –Dije sonriente. Parecías no tener ni la más remota idea de lo despampanante que estabas.
-Em, sí. Claro. ¿Por qué? –Dijiste con pequeñas frases cortas, intentando aclarar tus propios pensamientos.
-Bueno, porque eres guapa. –Dije despreocupado, juntando mis manos en la espalda.
-Tengo que volver a repetirlo, ¿estás seguro de que me estás hablando a mí? –Preguntaste, alzando una ceja.
-Afirmativo. –Asentí.
Noté como tus mejillas se tintaban de rojo y casi me derretí cuando sonreíste, mirando al suelo.
-Bueno, em… -Intenté hablar, sin saber muy bien cómo empezar esto.
¿Cuántas fotos podría hacer antes de que me pararas?
Realmente sólo necesitaría una pero no me mataría tener un par de opciones más. Tampoco es que las necesitara.
Estaba seguro que era imposible sacar una foto fea de ti.
-Bueno, quieres que… em, a ver… ¿vas a hacerlas con el móvil? –Preguntaste, escondiendo la cara en tu hombro derecho.
-No, pensaba hacerlas con la… joder. Con la cámara. Se… em… se me ha olvidado. –Suspiré, peinándome con la mano.
Mierda.
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Son tan cuquis que me muero :cc
