Breathin'- Donghae

Capitulo 2

           

Cuando entré a trabajar para la SEDENA, conocí a Mauro. Él estaba a cargo sobre el proyecto de comercialización de las armas fabricadas. En un principio, él debía mostrarme todo con lo referente a artillería. Pasábamos bastante tiempo juntos por el trabajo, que terminamos llevándonos bastante bien. Poco a poco, comenzamos a tener más confianza hasta llegar a un punto en el que empezamos a involucrar los sentimientos. Debo ser honesta, en un inicio yo lo había tomado como un juego, una aventura dentro de mi vida. Pero en cuanto más pasaba el tiempo me di cuenta que no era así. Mauro no era un juego ni una aventura. Realmente lo amaba. Pero para cuando quise dar un nombre formal a la situación, era demasiado tarde. Hacer cerca de un año después de cerrar contratos con algunos países, con Italia y Filipinas para ser más precisos, que fueron los más recientes. Decidí alejarme de ese ambiente que me hacía daño porque sabía de antemano que estando ahí nunca lo dejaría de ver. La única opción existente era irme yo o irme yo. Comencé otro proyecto independiente a los que tenía. Y a pesar de que, si me ha funcionado bastante bien, tanto que podría dejar sin ningún problema mi trabajo con la SEDENA. Creo que mucho de lo que logrado en mi vida profesional es gracias a ellos. Por lo que no he sido capaz de tan solo dejarlo. Es verdad, que mi presencia no es la misma como en un inicio, por obvias razones y ellos más que nada el General Montenegro, quien fue el que me contrato, lo han entendido.

-Luces hermosa. - Mauro dijo que estaría esperando por mí en el lobby del hotel.

-Gracias. - mostré una sonrisa por mi parte.

-Sé que te encanta conocer el mundo a través de la gastronomía. Por lo que tome el atrevimiento de reservar en un restaurante que me han recomendado y que seguro te gustara.

-No debías porque preocuparte por mí. Cualquier lugar hubiera estado bien. - el sonrío y solo seguimos caminando.

.......

Cuando llegamos al restaurante realmente era hermoso. Se reflejaba la cultura coreana en cada rincón al que voltearas. Espectacular en pocas palabras. Sin duda alguna un hombre que me conoce de pies a cabeza.

Comenzamos a comer, sin mencionar palabra alguna. Simplemente miradas intercambiadas.

-Parece que no quieres hablar mucho.

-Así es. - tomé un sorbo de mi vaso de agua.

-Fernanda. - él tomó de mi mano que estaba sobre la mesa tan repentinamente. - Creo que lo nuestro debería seguir. Te he extrañado bastante. Me vuelve loco tu ausencia e indiferencia.

-Creo que todos cosechan lo que siembran. Y lo único que has sembrado en mi es odio y desprecio hacia ti.

-No lo creo. Yo lo veo en tus ojos.

- ¿Y qué ves en ellos?

-Veo que todavía me amas. Y sientes lo mismo que yo siento por ti. - aparté mi mano de su agarre.

-Eso no es verdad.

-Claro que sí.

- De todas maneras, si eso fuera verdad, ambos sabemos que lo nuestro no puede ser. Bueno supongo que tú en un principio lo olvidaste. - le conteste con un poco de ironía.

- De acuerdo. Lo acepto. Estuvo mal haber jugado contigo sabiendo que tenía a Paloma como esposa. Pero me he dado cuenta que con la que quiero estar es contigo.

- Por favor Mauro. No te hagas lucir más patético. Sabes bien que ella siempre estará primero en tu vida y en tu corazón. Me lo has demostrado infinidad de veces.

-Es que ella es mi esposa.

-Y nuevamente lo haces. Creo que quedo más que claro que yo soy la otra, la amante. Pero no te preocupes. - terminé lo último que estaba en mi plato y lo comí.