Capítulo 11

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Después de haber salido de las oficinas administrativas de la base, me había encontrado con el General Kim quien me invito a su oficina para tomar una taza de té y comentarle de como estaba yendo el proyecto. Pase alrededor de tal vez 20 minutos con él.

-Por cierto General Kim. Quiero agradecerle por las atenciones que me han ofrecido desde que llegue. – el general podía parecer algo estricto por fuera pero era un buen hombre y muy noble por dentro.

- No es nada. La cooperación mutua es un factor para el éxito.- caminábamos por el patio en busca del teniente. Nos dirigíamos hacia donde parecía ser el campo de tiro. Fue ahí donde lo ví, estaba con 5 soldados más que parecían entrenar. La mirada solo se fijo en él.- Licenciada.- escuche al General alado mío.- Me voy primero. Espero verla pronto.- yo asentí con una sonrisa mientras que el se retiraba con las manos entrelazadas por atrás. Cuando volteé a ver al teniente el caminaba hacia mi, inconscientemente hice lo mismo pero tan solo unos pasos.

- No pierde el tiempo.- le dije viendo a los soldados que estaba de mi lado izquierdo.

- Solo vengo a supervisar.- él traía puestas unos lentes del sol Ray Ban tipo aviador color café.

- Debe estar ocupado.- comentaba mientras ponía mis manos sobre mi frente para taparme del sol, ya que del lado donde yo me encontraba los rayos pegaban aun más. Tomo mi antebrazo ligeramente para que intercambiáramos de lugar. Era el sol, lo había hecho para que el sol no me molestara. Lo miré sin decir nada y a pesar de que no podía observar sus ojos, sentía su mirada de la misma manera. Su rostro giró de inmediato hacia el lado donde estaban los soldados con las armas y en milésimas de segundos me sujetó de la muñeca y me jaló pero en ese movimiento rápido él regreso al lugar donde primero estaba. – Teniente.- le dije hincándome ante él. Le habían disparado en el brazo. La culpa de los tres. Nuestra por estar parados en un área donde no se puede estar y el soldado por ser tan descuidado.

- ¿Esta bien?- me dijo.

- ¿Esta loco? ¿Cómo hace eso?- le pregunté.- Su brazo, debe ir a un hospital.

- Estoy bien. Solo...ayúdame a parar.- dijo jadeando un poco. Pase mi brazo atrás de su espalda para que tuviera apoyo al pararse. En ese momento llegaron los soldados corriendo. Vi su herida, la bala solo había rozado su brazo pero aún así debían darle unas puntadas. – No se preocupe.

- Teniente.- habló con los soldados y se fue con uno de ellos. Solo vi como se iba.

- ¿Bueno? - escuché sonar mi celular en ese momento y solo conteste.

- Licenciada.

- Dime Ingrid.- reconocí su voz al instante.

- Acaban de llamar de la oficina de Filipinas. El embarque que llegó, su documentación esta mal.

-¿Cómo que esta mal?- conteste algo molesta.

- Los números de serie no coinciden y la hoja de gobierno no esta firmada.- Cuando escuche eso terminé de molestarme. Para aclarar un poco la situación, las armas llevan números de serie con las que se identifican los cuales deben ser plasmados en toda la documentación, por otra parte la hoja de gobierno es un documento más protocolario y su firma debe ser de puño y letra por ser negociaciones "oficiales" , con respecto al problema de los números si no se corrigen la mercancía va directo hacia un almacén dentro de la aduana donde es resguardada y por ser mercancía "peligrosa" el almacenamiento es muy caro hablando en el caso de Filipinas ya que cada país es distinto, el cual no hace falta mencionar que quien debe pagar ese gasto somos nosotros, mientras que la falta de firma en la hoja de gobierno aparte del impedimento de la entrada de la mercancía al país conlleva elevadas multas.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2020 ⏰

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