Namikaze

Prólogo: Sueño roto

Autor: Haruka Eastwood

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—Naruto... —susurró temeroso mientras apretaba los puños, intentando contener la rabia que lo invadía con la furia de un huracán que afirmaba, y lo destruiría todo, arrasando con lo poco que aún le quedaba—. ¡Escúchame, maldita sea!

Cuando se dio cuenta era demasiado tarde, su poderosa y gran mano lo sujetó de la barbilla sin compasión, llenó de un odio mal contenido mientras sus penetrantes ojos de un azul imposible lo miraron con recelo hasta erizarle la piel por completo.

Y por primera vez, aquellas enigmáticas gemas que en otros tiempos admiró, amó y seguirá amando, le parecieron atemorizantes, tan intimidantes como el alfa frente a él, cuya ira letal era casi palpable, reptando por su piel sin compasión, comenzando a consumirlo.

Estaba tan cerca, invadiendo su espacio personal, que aquel abrasador calor lo rodeó como una siniestra amenaza que le hizo desear salir huyendo como un maldito cobarde, mientras solo podía pensar, no de nuevo. ¡No de nuevo! ¡Ya no más! ¡¡Ya no más!! Por favor… Gritó su alma rota iniciando una cuenta regresiva.

—Te lo advertí, Uchiha.

Su agarre se intensificó y sintió aquellos fuertes dedos como poderosas garras, hundiéndose en su frágil piel con saña, lascerándolo de una forma que era incapaz de comprender conscientemente, mientras algo se fragmentaba dentro de él, consumiéndose lentamente en un fuego negro que no dejó nada a su paso.  

Entonces lo soltó con brusquedad, mirándolo con un poderoso y estremecedor sentimiento que logró definir como rabia y lloró, lloró por Naruto, por él, por todo, al tiempo que se enterraba en la inmundicia del momento que parecía querer devorarlo.

—¡Eres un maldito bastardo! —gritó mientras las lágrimas caían como cascada de sus ojos, viéndolo con furia e impotencia—. ¡Maldito mentiroso...!

—Sasuke, tú fuiste el que vino a mi, así que no te equivoques —dio media vuelta y sin dignarse a verlo, añadió—: será mejor que arregles tu maldito desastre y no me vuelvas a buscar.

Naruto salió de la habitación tras un portazo sin necesidad de voltear, mientras que la rabia de Sasuke era tanta que terminó por arrojar lo primero que encontró contra la puerta, escuchando como el florero se rompía y los pedazos caían lentamente en una fina lluvia de cristal mientras se derrumbaba ahí mismo, maldiciendo a un supuesto Dios que debería ser benevolente.

Nuevamente estaba solo. Y maldijo a la vida, maldijo su propia persona y sobre todo, maldijo a Naruto por ser el idiota al que amaba con locura. Por ser un bastardo que lo elevó hasta su paraíso, logrando que tocará el cielo con la punta de los dedos para finalmente, dejarlo caer a su infierno personal, asegurándose de destruirlo.

Entonces el contador marcó cero, en la soledad de esa habitación comprendió una sola cosa… que llegó el final catastrófico que tanto deseó evitar mientras tomaba el trozo de vidrio más grande que había caído a sus pies, mirando ausente la sangre que empezaba a manar de su palma, la misma que manchó la blanca alfombra como una burla de lo que se había convertido su vida…

Finalmente, se preguntó si pudo haber hecho algo diferente, pero la respuesta siempre fue un rotundo no…

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Continuará

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Haruka Eastwood 😘💞