Capítulo 23: Forelsket

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Perdona por quererte tanto en tan poco tiempo, pero eres a quien busque durante toda mi vida.

Su mirada pareció iluminarse con los tenues rayos de la mañana y su sonrisa se ensanchó en cuanto divisó la bonita figura de Sasuke, caminando distraído, meneando sus caderas de una forma tan sensual, que se le hizo agua la boca. Sonrió y quiso tomarlo desprevenido, cazar su boca en un beso que le robara el aliento y calmar la sed de su alfa.

Pero no podía, se lo había prometido a sí mismo, y pese a lo difícil que le estaba resultando, no volvería a fallarle. Respiró un par de veces y caminó hasta Sasuke con un brillo malicioso anunciándose en sus ojos. Inevitablemente, terminó chocando contra él, fingiendo sorpresa al sujetarlo posesivo contra su cuerpo fuerte, mientras el omega maldecía al idiota que tenia en frente, subiendo la mirada para toparse con la mueca divertida de Naruto.

—Pareces un acosador —gruñó.

—Solo pasaba por aquí tteba —se defendió con un puchero en los labios que provocó la risa en Sasuke—. Y contigo cerca cualquiera se vuelve acosador.

—Entonces lo admites —arqueó una ceja divertido—. Si vas a molestarme al menos invítame a desayunar.

—Desayunar, comerte, cenarme —se encogió de hombros—. Lo que quieras.

—Dobe.

—Esa bonita boca no debe decir malas palabras.

—Diré lo que yo quiera, cuando yo quiera, grandísimo dobe —se cruzo de brazos—. ¿Y bien?

—Podríamos ir a la Galleria Umberto l y tener una cita romántica —bromeó en un intento de ocultar sus nervios—. ¿Qué te parece?

—Como sea —le regaló una sonrisa ladina—. Iba hacía allá. ¿Y tu auto?

—En la esquina.

Sasuke caminó junto a él sabiendo que no podía negarse, deseando más de su compañía, su calor y sus tontas risas que enamoraban más y más a su omega y tal vez un poquito a él. Porque lo cierto es que después del primer beso ya nada fue igual, ahora era tortura tenerlo tan cerca y no poder tocarlo, pero si se decidía a hacerlo nada saldría bien.

Tal vez tuviera suerte y esa atracción por aquel alfa fuera solo un capricho de su omega, de ser así con el tiempo lo entendería y él no saldría lastimado, pero en vez de alejarse, persistía, buscaba pretextos absurdos y algo tontos para estar cerca de él y por la sonrisa desenfadada en Naruto, supo que el alfa hacia exactamente lo mismo, y es que al final, solo eran un par de tontos que no entenderían de razones, que se acercaban y alejaban por razones sencillas que se negaban a externar.

—Creí que esta zona estaba retirada de tu casa —comentó casual en cuanto diviso un Maserati Quattroporte que parecía desentonar con la tranquila zona plagada de historia.

—Salí a dar una vuelta —se encogió de hombros abriendo la puerta de copiloto para Sasuke—. Me detuve porque se me antojo un café y te vi. Tuve suerte ttebayo.

—Si tu lo dices —murmuró viendo a Naruto introducirse al auto con movimientos casi felinos que se le antojaron exquisitos.

—Sasuke.

—Hm. —Respondió en automático, sonrojándose en cuanto se dio cuenta que había estado observando fijamente al alfa.

—Tu puedes hacer más que solo verme —ronroneó perverso y lo suficientemente cerca de Sasuke, como para percibir el acelerado latido de su corazón. Era tan precioso, tan perfecto y tan de otro—. Aun... —carraspeó y encendió el auto, manejando lento—. Aun no me dices que vas a comprar en la Galleria.

NamikazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora