Extra 0.5: ¿Uchiha o Namikaze?

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Hola!! Antes que nada, quiero decirles que estos pequeños Extras pueden o no seguir el hilo de la historia principal, ya que su verdadero propósito es aclarar ciertas dudas o lo que podría ser un huequito argumental :3

Solo espero que les guste ♥

Madara x Minato

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Madara sonrió entrando a la habitación que compartía con su precioso omega, quien permanecía sentado en el marco de la ventana con una expresión de fastidio total que nada tenía que ver con su dulce carácter, por lo que de forma sigilosa intentó acercarse a él, fijando la vista en su enorme vientre de casi nueve meses.

—Ni lo intentes, Uchiha —farfulló Minato con molestia.

—¿Por qué estas de enojado?

Minato frunció el ceño escudriñando a su pareja detenidamente, llevaban una eternidad juntos y sinceramente no podía estar mucho tiempo de mal humor cuando tenía a Madara cerca, por lo que suspiró y dejo que el alfa lo abrazara y comenzara a repartir besos por su mejilla y cuello, acariciando con mimo su vientre, logrando que ronroneara.

—Tus hijos me romperán las costillas un día de estos con tantas patadas —suspiró acariciando dulcemente su vientre.

—Es porque serán unos alfas fuertes.

— Pueden ser omegas —frunció el ceño.

—No quiero que sean omegas —declaró con firmeza, apretujando aún más a Minato entre sus brazos, sin embargo, nunca espero que su dulce esposo lo apartara de él con expresión dolida.

—Eres un imbécil, Uchiha,

—¿Qué?

—Lo que escuchaste —sollozó—. Ya entendí que si mis hijos son omegas no los aceptaras.

—Minato.

—Nada de Minato.

Con molestia, se levantó dispuesto a marcharse de ahí. Madara Uchiha podía ser un excelente alfa clase A, apuesto, asquerosamente rico, protector y su esposo desde hace nueve años, sin embargo, jamás iba a permitir que rechazara a sus hijos por ser omegas. Él también lo era y estaba orgulloso de decir que era omega clase A, y es que a pesar de que todavía existían algunas personas con prejuicios hacia los omegas, eran una minoría que estaban desapareciendo, pero que su esposo fuera uno, resultaba algo difícil de asimilar.

—Cariño.

—Me voy.

—Mina —Madara suspiró y se debatió por unos segundos si debía dejarlo ir o simplemente abrazarlo hasta que se calmara, optando por la segunda opción—. Lo malinterpretaste.

—Acabas de afirmar que no quieres hijos omegas.

—Y es cierto.

—Suéltame —protestó en cuanto volvió a sentir sus brazos rodeando sus hombros.

—Escucha —pidió mientras liberaba sus feromonas tratando que calmar a un enfurecido Minato—. Me enamore de un omega dulce y demasiado hermoso que me hace hacer cosas ridículas y ser tan cursi que hasta me doy asco, pero no me gustaría que fuera de otra forma —besó la base de su cuello— . Es obvio que no tengo nada en contra de los omegas, es más, entre mis brazos tengo al más sexy del mundo.

—¿Entonces? —cuestionó entre pucheros dejando de forcejear para liberarse.

—Cariño, si pudiera ya te hubiese encerrado aquí en la casa para que nadie más te viera y poder decir que te robe del mundo, pero desgraciadamente ya es ilegal.

NamikazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora