Capítulo 1

1.9K 40 1
                                    

- Clove Daniels- dijo la señorita de piel tan pálida como el invierno. Con unos ojos enormes y resaltados con mucho delineador color neón. Unos labios inflados color dorado y un vestido muy despampanante y lleno de joyería que seguramente, al vender todos esos cristales se les podría dar de comer a todos los distritos.

Caminaba segura y triunfante. Una parte de mi se enorgullecía de mi, tantos años practicando y al fin podría ser el orgullo del distrito 2. Pero por otro lado al ver la expresión de mi madre, decaída y triste, derramando lágrimas grises y cayendo rápidamente de su cara, me sentí fatal. Claro, podía morir. Aunque nunca lo consideré como una probabilidad hasta ahora.

Pero antes de mencionar al tributo varón, tendré que explicarles la historia desde el principio.

Cuando conocí a este niño rubio y audaz que me robó el aliento.

Desde de pequeña mis padres me metieron en una academia para ser tributa en los juegos. Mi mamá casi se desmaya y tras haber tenido una guerra con mi padre que involucró varios vidrios rotos y sillas destruidas mi madre aceptó. Creo que ella lo veía de otra perspectiva que mi papá. No pude opinar, pero creo que esa fue la mejor idea que mi padre ha tenido.

Nosotros los "Daniels" somos reconocidos por tener una personalidad muy fuerte y un ego bastante alto. Claro, excepto por mi mamá que ella no es una Daniels de nacimiento.

El distrito 2. En realidad no se como sean los demás distritos y no me importa. A veces mis padres mencionan que el Distrito 1 es el paraíso y que ojalá hubiéramos nacido allá y no aquí. Aunque en realidad yo no le veo nada malo a este distrito. Es lo bastante grande para todos los habitantes de este. Las casas obviamente no son tan grandes como las del Capitolio pero para 4 personas están bastante bien. Son algo anticuadas y muchas se encuentran llenas de grafiti con mensajes de paz o insultando al Capitolio y a los Juegos. Hay bastantes fábricas, así que el desempleo no es algo que se vea a menudo, eso si, el Distrito esta tan contaminado que a veces no se puede salir de la casa o por la pestilencia o por la neblina que siempre hay. No hay "aire limpio" por así decirlo. Los pocos lagos o algunos charcos están tan sucios que apuesto a que si le tomas un sorbo te mueres enseguida. Tenemos desayuno y un poco de comida, no tenemos para cenar.

Tenemos un sólo bosque y muy pequeño en realidad, pero la gente lo ve como un basurero y nadie se le acerca por el repugnante olor que se alcanza a oler a metros de distancia. Las escuelas son pequeñas para muchos niños. La taza de natalidad es muy alta, ósea que hay más niños y jóvenes que adultos o ancianos. Mi madre me contó que hasta hubo una temporada en la que se prohibió tener hijos todo un año y que, quien rompiera esa regla mataban a la madre y al hijo,

No le veo nada malo al Distrito. A comparación de lo que me han dicho del Distrito 12, el Distrito 2 es mucho mejor.

Tengo un hermano mayor, Dereck. Honestamente no le hablo mucho y nuestra relación no es muy afectuosa. Yo pretendo ser hija única. A comparación de mi hermano yo adoro los Juegos. El es la pena de papá, ya que cada cosecha se hecha a llorar y a temblar. Bueno, no adoro los Juegos pero tampoco les tengo miedo.

Me metieron desde que tenía 9 y me encanta. Es de 6 am a 8pm. Claro que me canso pero eso se necesita para ser voluntaria.

Bueno, tenía 9 años cuando me inscribieron. Mi padre me agarraba de la mano y yo sólo sonreía. Era un edificio muy grande, más grande que la escuela. Era de color negro y en frente tenía escrito " Distrito 2". Sonreí aún más. Mientras mi papá daba mis datos a la secretaria, observaba la habitación.

Tenía unas pocas sillas de plástico y una mesa de centro. Una T.V prendida que pasaban al Capitolio y a lado de esta un enorme cuadro del Presidente Snow.

Me volteé y vi a una señora bastante guapa y de ojos azules que agarraba a un niño igual rubio de la mano.

La señora lo soltó y también empezó a registrar a su hijo. El Niño me observó y me saludó con la mano.

- Hola niña, soy Cato Duncan. ¿Y tu?- me preguntó con un brillo en los ojos.

- Clove Daniels- dije cruzándome de brazos.

Eli río.

-¿Qué te parece tan gracioso?- dije enojada.

-Nada. Es que era muy pequeña pero te ves muy ruda.

Le sonreí.

- ¿Quieres ser mi mejor amiga?- me preguntó algo apenado.

- Claro. Te aseguro que algún día ganaremos los juegos, mejor amigo- me dije con una sonrisa.

-Si, mejor amiga.- contestó el.

Y así fue, nos volvimos los mejores amigos.

Éramos muy unidos y nos contábamos todo. Nos abrazábamos, reíamos, hablamos mucho, contábamos chistes y practicábamos juntos. Toso era maravilloso junto a el.

Pero cuando cumplí 12 y el 13, nos separamos. Bueno, el se apartó de mi. Ya no me hablaba y empezó a ignorarme. Ya no era el mismo Cato que había conocido. En vez de rogarle seguí con mi vida, no lo necesitaba. Apuesto a que ya no recordaba mi nombre, ni que alguna vez me llamó mejor amiga.

Lo último que quería era participar en los mismos juegos que el. Pero claro, el también era un voluntario.

-

Hola! bueno esta mi primera historia de Clato❤️

Los personajes Cato y Clove no son míos no tampoco algunos que aparecerán más adelante. Algunos si son míos.

La historia es de Suzanne Collins, no mía. Yo sólo la adapto en versión del Distrito 2. Pero ella tuvo esta grandiosa idea.

El amor secreto del Distrito 2 (Clato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora