Capítulo 3

928 42 0
                                    

Mi madre me cepilla el cabello con delicadeza. La veo muy cansada y percibo unas gotas de angustia en su rostro. Creo que se ha perdido en sus pensamientos porque no deja de pasar el cepillo una y otra vez en el mismo mechón de cabello negro y lacio. Una lágrima se asoma, más yo no le digo palabra alguna. Me hace una media cola y cuando termina de ponerme un listón azul claro que era de ella y lo usaba en sus días de adolescente, me sonríe y se voltea para ponerme un poco de maquillaje. Resalta mis ojos verdes y pinta mis pequeños labios y quebradizos de color rosado. Intenta esconder mis pecas, tengo que decir que soy una persona muy pecosa, pero después de varios intentos sabe que es inútil.

Dereck se asoma y entra lentamente en la habitación. Me dirijo a sus ojos marrones aguados y rojos. Ha estado llorando. Es su última cosecha y han puesto su nombre muchísimas veces. Ayer mi padre bromeó que sería horrible que ya siendo su última cosecha lo eligieran. Papá se mató de la risa pero ni mamá, ni mi hermano ni yo sacamos una sonrisa. Esto no era algo fácil para Dereck.

Mi mamá me observa una última vez y sonríe para sí misma. Se va antes de darme un beso en la gente y de paso uno a mi hermano. Dereck se acerca a lado mío.

- Te ves hermosa.- me dice. Yo sonrió.Nunca me lo había dicho antes.

- Gracias, también te ves guapo.- le digo. Se veía bastante apuesto con unos pantalones cafés a rayas y una camisa a botones blanca, una corbata negra y unos zapatos bien boleados color negro.

Yo traía un vestido azul claro, al igual que el listón que colgaba de mi cabeza, de varias capas al final que me hacía ver como un panquesito horneado de las panaderías del amigo de mi padre.

- Tengo miedo, Clove.- me dijo con su mirada baja. Su voz se había escuchado muy débil y le había temblado. Casi no le hablaba, por eso me había sorprendido tanto que me llamara por mi nombre.

- Tengo mucho miedo. No quiero ser elegido.- dijo pausadamente.

No sabía que decir así que sólo le agarré la mano. Estaba fría y temblaba demasiado rápido, el apretó la mía con fuerza.

- No quiero ir. No quiero morir. No me lo tomes a mal, también estoy nervioso por ti pero no puedo dejar de verme en los juegos sangrando y yo sólo...- no pudo terminar la frase, ya que empezó a llorar y a gemir. Seguro que si papá lo viera lo golpearía y le diría "los hombres no lloran".

- No serás elegido. Seguro habrá algún voluntario.- le dije para tratar de calmarlo. Había escuchado que Cato sería voluntario, peo uno nunca sabe si al final se arrepienten y ya no alzan la mano para ser voluntario.

- Sólo, tengo toda una vida por delante. Quiero tener hijos y nietos y una vida perfecta. No quiero morir. No quiero morir.- me dijo antes de que le diera una abrazo. El lo respondió aún más fuerte de lo que yo le había dado. No paraba de susurrar que no quería morir.

Nunca lo había abrazado antes y sentí algo raro, pero a la vez algo hermoso. Me daba la sensación de que en ese momento yo era la hermana mayor y el era el pequeño en su primera cosecha.

Después del momento conmovedor con Dereck, que me hizo prometer nunca decirlo y menos a papá, toda la familia nos dirigimos al centro del Distrito, donde cada año ahí se elegían a los tributos.

Al llegar se encontraba todo un gentío pero localicé los perfectos rizos dorados de Deyna en la distancia. Chicas vestidas con sus mejores vestidos, los más "finos" zapatos de su armario y el mejor peinado que sus madres habían decidido hacerles. Aún con tanta gala en el distrito, todo se veía gris, había tantas caras tristes y destrozadas, llenas de enojó y furia. Y de venganza. A nadie le gusta este día, aunque se tenga que vestir como en una boda.

El amor secreto del Distrito 2 (Clato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora