Capítulo 7

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-Hola, gente del Capitolio.- grita Terrence al salir del tren.

Cuando nuestro tren ya había entrado al Capitolio, Cato y yo no podíamos dejar de ver por la ventana. Habíamos llegado al "llamativo" Capitolio. Lleno de gente importante, riqísima, con clase, elegante, refinada y sin duda fabulosa.

Edificios, de todos los tamaños, casas y mansiones, de todos los tamaños, aviones, gente, animales, nubes,un cielo tan azul como el lago debajo de este. El Capitolio, el mejor lugar de todo Panem. Todo tenía un estilo con clase y sofisticado así como también futuristico y tecnológico. El apestoso Distrito 2, con sus bosques tóxicos y calles contaminadas habían quedado atrás. Ahora, ya me imaginaba la perfección de mi reflejo claro y no distorsionado en el agua. "Wow" exclamo. Era mejor de lo que todos hablaban.

-¿Acaso no es perfecto, dulcesitos?.- nos pregunta Peppery.Ignoro el hecho de que por milésima vez nos llama "dulcesitos", lo cual me irrita. Cato queda callado, sin quitar la vista de la ventana, sin mover esos perfectos ojos azules. En cambio yo río un poco y le digo:

-Es más que perfecto.

Terrence observa la tele, con un alto volumen. Se escucha a Caesar Flickerman tan emocionado como siempre, describiendo la llegada de los tributos.

-Los tributos de los Distritos 1,3,8 y 9 ya han llegado ayer. Y déjenme decirles que este año ¡habrá mucha competencia! Los chicos del Distrito 1 se ven intimidantes,¿no, Claudius?

-Así es, Caesar. El Distrito 1 y 2 son reconocidos por tener más ganadores. - dice Claudius, también locutor de los Juegos.- Me informan que el Distrito 2 ya esta aquí, al igual que los del 5,10 y 6.

- Los distritos faltantes, 4,6,7,11 y 12, llegaran en unas cuantas horas. ¡No puedo esperar!.- dice Caesar antes de irse a un comercial. "

"Yo tampoco" -. pienso.

Cierro los ojos y me digo a mi misma que puedo ganar, que voy a ganar. Era una promesa. Tenía  que volver, tenía que volver con mamá, papá, Dereck, Brett, Deyna, Elena y todos los que me importan. Para honrar a mi Dsitrtito. Para ser como Brutus,  Enobaria o como Terrence, ser una vencedora. Mis pensamientos son interrumpidos por unos golpes bruscos en las ventanas y unos gritos chillones, como la voz de Peppery.

Abro los ojos y me encuentro con una multitud de gente del Capitolio golpeando las ventanas, gritándonos y dando chillidos. Gritando y emocionándose como si fuéramos unas celebridades, y ppor un momento me sentí como una. Daban saltos y movían de un lado a otro sus brazos, nos tomaban fotos, gente con una amplia sonrisa en su rostro. "Los amamos" pude escuchar decir a una mujer cargando en su espalda a su hija. Un cartel grande y llamativo, con letras gigantes decía "Distrito 2". Me cubro la boca de tanta emoción. Niños, mujeres, hombres, ancianos, todos nos daban porras y ánimos. Tenía que disfrutarlo mientras durara.

Peppery saluda, moviendo la mano lentamente y con delicadeza.

-Cato, mira, nos aman.- le digo.El sonríe y dice:

-Claro, todos aman al Distrito 2.

-No se alboroten estrellitas.- dice Terrence desde el sillón.- Hacen eso con todos los distritos. Y mejor prepárense para el entrenamiento.

Suspiro y siento que el corazón deja de latir.

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El Capitolio. LLeno de gente, digamos, diferente. Muy diferente. Toda la gente vestía de una manera extraña y sin duda extravagante. Creo que no hay manera de explicarlo, todos con toneladas de maquillaje, blanco, dorado , rosa, morado. Cabello desde marrón hasta verde. Vestidos de diferentes formas, anchos, longitud, diseño, marca, color y estilo. Tacones tan altos para mujeres y hombres. Un sin fin de combinaciones raras. Sin duda algo muy extraño para mi. Me había acostumbrado al estilo de Peppery que siempre tenía que incluir una flor enorme en el cabello, una distinta cada día, en su largo cabello (ahora) morado. Nunca sabía como iba a lucir mañana, pero de un modo me parecía que Peppery se vestía de una manera elegante y sin duda única. Pero ahora ver a toda esta gente tan colorida me producía mareos. Tendré que adaptarme.

Peppery y Terrence, acompañados de varios organizadores y soldados nos llevan a lo que parece ser un estilista o como lo llamó Peppery. Al pasar cruzamos miradas con unos tributos. Cato y yo los eliminamos con la mirada y ellos parecen espantarse un poco.

-Los tendrán listos en unas horas. Suerte pastelitos, quedarás hermosa y guapo.- nos dice Peppery antes de irse con Terrence. Cato y yo nos quedamos unos segundos solos.

-Cato, yo-

-No importa, Clove.- me interrumpe antes de pedirle disculpas.- Solo hay que fingir que nada pasó. Esto no nos afectará, ¿cierto?

-Cierto.- contesto secamente.

-Bueno.- una sonrisa aparece y de repente siento la sensación de adrenalina en mi cuerpo.- Hay que  hacer que nos quieran, hay que ganar los Juegos.

Después de esto dos señoritas nos separan y nos llevan a unos cuartos distintos, pero sigo pensando en esa ultima frase.

Hay que ganar los Juegos.

El amor secreto del Distrito 2 (Clato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora