Diana se quedó afuera del gran comedor esperando a Cedric y a Harry. Ella estaba segura que el muchacho no había metido su nombre en el cáliz, debió haber sido alguien más, alguien que en verdad quisiera poner en peligro de muerte a Harry.
Alguien tan poderoso para engañar al cáliz de Fuego y hacerle creer que eran cuatro colegios y no tres.
Todo comenzaba a tener sentido, las voces susurrando cada vez que mencionaban el torneo, o cuando veía a los campeones, alguien quería matar a Harry y eso ponía en peligro inminente a los demás campeones.
Debía hablar con Dumbledore temprano en la mañana, también tenía que comenzar a inducirse en visiones para evitar la muerte de cualquiera de los cuatro magos.
La puerta del Gran Comedor se abrió dejando ver a los dos muchachos. Cedric le sonrió y Harry la miró aturdido.
"Deberías estar en tu cama." Dijo Cedric cuando estuvo frente a ella.
Diana miraba fijamente a Harry que parecía estar decidiendo entre irse o esperarla.
"Quería verte antes de ir a la cama, tus compañeros no te dejarán dormir hoy, además, quería asegurarme que Harry estuviera bien."
Cedric miró cortésmente al muchacho a su lado. Abrazó a la pelirroja con fuerza y acarició su espalda.
"Ya ve a descansar, mañana iré a verte para que bajemos a desayunar." Le comunicó sonriéndole. "Ahora dame un beso."
Diana besó su mejilla sonrojada al recordar el sabor de los labios de Cedric, todavía estaba un poco confusa sobre las razones que habían impulsado a su mejor amigo a besarla y que a ella le haya gustado.
El Hufflepuff rió cuando sintió los labios de Diana en la piel de su mejilla.
"No lo quería ahí."
El rubor en las mejillas de Diana comenzó a extenderse por todo su rostro, miró de reojo a Harry que los miraba incómodo y cuando se dispuso a hablar se vio interrumpida por los labios de Cedric.
Él la volvió a besar, con la diferencia de que era un beso suave y dulce.
Diana podía sentir un cosquilleo creciendo en su estómago, nunca había pensado que el contacto tan cercano con otra persona pudiera sentirse tan bien. Cedric la hacía sentir en una nube y ella estaba segura de no querer bajar nunca, podía tener esa sensación para siempre.
Ambos se deseaban, Diana comenzaba a entender eso, no había sido suficiente para sus almas amarse, deseaban una conexión carnal y ella estaba complacida de ofrecerla.
Cuando se separó finalmente de Cedric le deseo las buenas noches y se acercó a Harry, ambos lo vieron desaparecer tras una puerta para dirigirse a su sala común.
"Harry..."
"Yo no puse mi nombre." La cortó de inmediato el muchacho dando una respuesta a la pregunta que creyó que haría.
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J U S T S C R E A M [HARRY POTTER]
Mizah"Debería temerte, tu eres la wailing woman. " Harry Potter, su mundo y sus personajes no me pertenecen a mí sino a J.K Rowling, yo sólo escribo una fanfic.