Conviviendo con el enemigo. Parte III

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NOTA: ok, primero que nada, una disculpa. No tardaré explicando que pasó, pero si que quería disculparme por mi largo periodo de "no publicación" como sea... volví haha.
Nuevo capítulo, no muy largo pero si que espero lo disfruten.
Dudas comentarios o sugerencias, no tomaré XD es broma, pueden decirme sin problema.

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Era de lo más extraño para los que aún no estaban tan tomados ver a Benimaru y Kyo riendo tan despreocupados enfrente del Yagami. Los tres sentados en la misma mesa, una que al parecer habían buscado en algún punto de la noche.

Iori sólo había aceptado sentarse porque el alcohol le tenía algo mareado y si no se sentaba quizá pasaría algún vergonzoso momento que posiblemente le hiciese enfadar y desquitarse con todo mundo. No había participado en la fluida conversación que tenían Benimaru y Kyo, a pesar de que estos intentaron hacerle preguntas, simplemente les miraba con una ceja arqueada y respondía con palabras como “Que les importa” “No es de su incumbencia, ya les dije” “No me molesten” e incluso “Cállense” lo típico en Yagami.

A pesar de ello, permaneció sentado con los dos amigos que reían fuerte frente él. Nadie entendía como podía estar tan tranquilo y para el colmo bebiendo en compañía de dos personas que decía odiar en demasía, los cuales al parecer estaban muy borrachos.

Kyo llevaba menos bebiendo, si, pero su resistencia al alcohol era poca o nula, justo como había dicho Benimaru. Por lo cual con algunas copas encima parecía haber olvidado que estaba en compañía igual de su enemigo, con la guardia tan baja que en cualquier momento, este podría atacarlo sin que pudiese reaccionar ni defenderse siquiera.

-¡Eh! Yagami – llamo Kusanagi  al pelirrojo, quién pese a todo pronóstico, le dirigió la mirada con interés – ¿Quieres otro whisky?

El pelirrojo ni siquiera había notado cuando su vaso se vació, pues en medio de su tarea para ignorar a los otros dos terminó por beberse todo el contenido de su vaso. Benimaru no preguntó, simplemente se levantó y a los pocos minutos, regresó con más tragos. Ofreciéndole uno a cada chico. Sorpresa era ver que Yagami seguía  aceptando el trago sin quejarse.

-¡oh! Creo que esa chica de allá  me está mirando. Caballeros – comenzó con las palabras enredándose en su boca – m-me voy a hablar con ella. Les dejo disfrutar su compañía…
Y dicho y hecho, el rubio se alejó con paso tambaleante hacia donde la chica de cabellos oscuros que nunca había visto en su vida se encontraba.

El heredero de las llamas Orochi gruño ante esto, pero Kyo no comprendió las palabras de su amigo ni captó el tono sugerente que les había dirigido. Se sentía muy mareado, con la cabeza dándole vueltas y sus piernas como de  gelatina, no tenía tiempo para ponerse a pensar en porque su amigo decía aquello y más con ese tono "juguetón"… además, había algo que rondaba su mente alcoholizada desde hacía un par de hrs:

¿Yagami siempre  había lucido así de atractivo? ¿su ceño siempre estaba fruncido? ¿Por qué su rostro lucía más joven cuando estaba tan tranquilo? Y lo más importante ¿Por qué  su boca se le hacia tan… tan…?

-¿Qué miras Kusanagi? – Aquella potente voz le sacó de sus pensamientos. No supo en que momento se perdió en el rostro del otro, pero al parecer el pelirrojo ya había notado esto, pues en principio el miro con  su típico rostro serio e impasible, luego frunció el ceño al notar la insistente mirada del castaño, pronto ya le estaba mirando con una ceja arqueada y cuando se harto de su mirada, le espetó de manera brusca su incomodidad - ¿Tengo algo en la cara?

-Eh…yo… no te estaba mirando. - ¡joder! Que vergüenza ser descubierto así, ni el alcohol aliviaba dicha vergüenza, pero seguía pensando que el idiota frente a él a pesar de su rostro de “muérete” era muy atractivo y lo peor era que aquel pensamiento en especial había rondado su mente ya desde hacía meses y el jodido hecho de admitir que dicho tipo era atractivo ya le había costado mucho. Siempre admitió que Yagami tenía algo que atraía como imán, claro que las chicas sólo preferían admirarlo de lejos, pues con el conocido carácter del pelirrojo y aparte de su cara de miedo, incluso las más enamoradas le huían .Además, el hecho de que cierto chico le hubiese perseguido por tanto tiempo, terminaba por hacer que se encontraran siempre, pero hacia un par de meses, que en lugar de sentirse fastidiado por la presencia del odioso chico ya hasta esperaba verlo. Quizá eran sus peleas constantes que le sacaban de la aburrida vida que a veces llevaba o quizá era que simplemente disfrutaba hacerle rabiar en ocasiones con sus respuestas sarcásticas. Sea como fuere, en algún momento llegó a admitirse a si mismo que a pesar de su carácter, su enemigo era atractivo, odioso pero atractivo.

-Saldré a tomar aire fresco – anunció repentinamente el pelirrojo. Volviendo de nuevo a sacar al Kusanagi de sus pensamientos.

Aunque no tuvo el tiempo de responder o preguntar algo siquiera, pues mientras el reaccionaba y salía de su mundo, el del clan de la luna ya estaba a mitad de camino, desapareciendo poco después detrás de  una puerta metálica de color rojizo. Dejándole ahí,  nuevamente con sus pensamientos y aquella sensación extraña en la boca del estómago.
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A night of drinking and...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora