Decisiones

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Está seguro de que esto es lo que quiere, ser libre de un matrimonio que no desea, pero ver la cara llorosa de cierta chica castaña, hace que su corazón se estruje y es ahora cuándo se siente como una mierda por dañarla así. Ella siempre es dulce y paciente con él,  ella de verdad lo ama y el la quiere, pero no de la misma forma, por lo que no quiere hacer que ella viva casada con alguien que no la ama de la forma que merece. Además... su corazón confundido, lo guía hacía su enemigo, no puede casarse con Yuki y lamenta ver como ella niega varias veces y le pide pensarlo.

-Lo siento, Yuki. Es lo mejor para ambos.

No dice más y mientras los ojos de  la chica se humedecen más tras derramar lágrimas aún más  gruesas, él sólo puede darse la vuelta y marcharse lo más rápido que puede.
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-Entonces... Eso explica por que tus cosas están en mi casa - termina diciendo, Benimaru. Quien mira las maletas a los pies de la puerta y luego dirige la mirada a su amigo.

-Básicamente... - el castaño sólo se encoge de hombros y vuelve a tomar asiento en el sofá, con su mirada perdida y sus hombros caídos en modo de derrota - Si continuó viviendo con mis padres, me obligarán a casarme.

- Bien... ¿y qué harás cuando tu familia se entere? - el rubio pronto toma asiento al lado de su amigo y le mira casi con lástima. Parece tan abatido que el Nikaido ni siquiera tiene ganas de lanzar una de sus bromas típicas.

-Pues simple... Sólo les diré que no quiero casarme. No con Yuki, al menos - ante esas palabras, el rubio no puede evitar estar mucho tiempo sin molestarle y lanza entre dientes un "entonces con Yagami" que hace que el castaño le mire con el ceño fruncido.

-Vale. No diré más. Mejor vayamos al bar de King,  hoy están celebrando el compromiso de Mai y Andy y además... ups. - había olvidado que su amigo acababa de romper su compromiso. Su mirada culpable es evidente, pero el Kusanagi, más que lucir dolido o enojado, parece divertido por aquella situación y aunque aún decaído, asiente sobre la propuesta de ir al bar.
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-Escuche que hay un grupo invitado - suelta el Nikaido, quién se encuentra más interesado en buscar chicas que en el Kusanagi sentado a su lado. Ambos han tomado asiento en una mesa del centro y la chica de pelo corto les ha dado de cortesía un trago y una  botella que ha pedido el rubio, porque parece haberle leído la mente a su amigo, el cuál  luce distraído.

-Uhum... - la verdad es que sólo ha aceptado ir al bar para distraer su mente de cierto pelirrojo, pero aquello no dura demasiado, debido a que el grupo invitado comienza a subir al escenario y aquel cabello inconfundible capta la atención del joven castaño. Las luces son bajas y lo más destacable es la tenue luz que baña el escenario, haciéndolo lucir romántico y misterioso.  -¿Por qué ellos? - le pregunta el castaño a la chica rubia antes de que está  se  marche.

-oh~ el será un tipo odioso,  pero su música es genial y Mai adora al grupo,  cuando no tiene que pelear contra el líder - casi susurra lo último y luego se aleja para seguir atendiendo a los invitados.

Ambas miradas de encuentran pronto, ninguno despega la vista del otro, ni siquiera cuando Yagami a empezado a cantar algo sobre unos amantes que llevan un amor prohibido o algo así...

Los dos chicos se encuentran observandose sin reparar en las personas que los rodean. Es como si sólo existieran ellos dos en ese momento.  La voz gruesa e hipnótica del pelirrojo atraviesa los oídos de Kyo, quién parece haber caído en un trance mientras su vista está fija en la  mirada contraria.

El rubio ha dejado de tomar al darse cuenta de lo intenso de la situación y de las miradas poco disimuladas que ambos luchadores se están lanzando. Se siente hasta incómodo en medio de aquello, como si fuese algo privado e íntimo lo que está presenciando.

A night of drinking and...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora