Creo que mi cerebro se paralizó en el instante en el que vio el resultado, po-si-ti-vo...
-Joder...joder, joder ¡joder!- Empecé a dar vueltas por la casa, me faltaba el aire- No me lo puedo creer...- Agarré la cajita y mire la fecha de caducidad.
Estaba bien, según la fecha, el test iba a caducar al año siguiente...estaba embarazada...embarazada, me cago en todo, em-ba-ra-za-da. Empecé a marearme, los ojos me picaban y las lágrimas no tardaron en asomarse, escurriéndose por mis mejillas, para terminar de hundirme. Yo sola había tirado mi futuro por la borda y eso era lo que más rabia me daba.
El sonido del cerrojo me alertó, dejando pasar a mi madre, una mujer de unos cuarenta años, pelo azabache, ojos verdes y sonrisa brillante.
-¿Cariño?- Me escondí el test en el bolsillo de mi abrigo y me sequé las lágrimas bruscamente.
-Hola mamá- Cojí la cajita del lavabo y me metí en mi cuarto, necesitaba respirar, si no, me iba a dar una crisis.
Metí el test en la caja y lo escondí en un cajón. Luego salí en busca de mi madre...¿Cómo iba a contárselo?
-¿Qué tal hoy?- Mi madre dejó el bolso en la encimera y se lavó las manos.
-Cansada, ha sido un día duro- Me envolvió en un cálido abrazo y besó mi frente- Ah, hoy he quedado con las chicas a tomar algo, volveré tarde, no me esperes despierta.
-Vale- Le dí un beso en la mejilla y me fuí a mi cuarto.
Me paré frente al espejo y desvié la mirada a mi estomago, levanté el camisón y me fijé en todos los moratones que pintaban mi abdomen...espera un momento...el bebé, mi histeria no hizo más que ir en aumento, esas zorras mal paridas le podrían haber hecho algo a mi bebé. Acaricié mi tripa con cariño descartando a los posibles padres...¿Quién podría ser?
-Dan...- Dije más para mi que otra cosa- Pensando en fechas era la que más coincidía...puto Dan, ¿Por qué tuviste que dejarme preñada? Cogí el teléfono y con las manos temblorosas y marqué su número.
-¿Sí?- Me mordí el lábio, estaba histérica
-Dan- Se hizo el silencio- Soy yo, Jade- Oí como chasqueaba la lengua.
- Oye, si me llamas por lo de antes, olvídalo, no era yo...estaba muy colocado- Rodé los ojos.
-Nó, no te llamo por eso-Se oyó un suspiro, puse mi voz más serena posible y continué- Te iba a pedir que vinieras a mi casa, te...te necesito contar una cosa- Mi voz fue perdiendo fuerza.
-Dímelo por teléfono- Su voz era dura y cortante.
-Dan por favor, es algo que no te puedo decir por teléfono...- Le oí resoplar- Es muy importante que lo sepas...
-Estoy en diez minutos- Y colgó.
...
-¿Qué tal estoy?- Mi madre apareció de repente embutida en un elegante vestido de noche, cuñas kilométricas y unos preciosos lábios rojos, que enmarcaban perfectamente su bonita sonrisa.
-Estás preciosa mamá, pero no hace falta que me engañes, te conozco lo suficiente como para saber que no vas a salir con las chicas- Le sonreí.
-Es un buen hombre, pensé que después de tanto tiempo podría...- Intentó excusarse, pero la callé con un abrazo.
-Te entiendo...- Suspiró y se secó una lágrima, el tema de mi padre quedó prohibido hace tiempo.
-Bueno, me voy que llego tarde- Me besó en la cabeza y se fue.
Yo me lavé la cara y me quité el abrigo, necesitaba despejarme, todo había sido muy rápido, me apliqué más brillo en los lábios y me despojé de mis plataformas, reemplazándolas por unas cómodas chanclas. Y lo curioso de todo, fue que nada más terminar me puse a limpiar todo, absolutamente todo, como una loca y cuando termine, empecé a dar vueltas por la casa intentando tranquilizarme. De repente sonó el timbre.
-Voy- Dije casi desgañitándome por el pasillo.
Un Dan recién afeitado, con el pelo alborotado y una camiseta de cuello abierto se encontraba frente a mí. Su piel perfectamente bronceada, contrastaba a la perfección con sus ojos avellana, dándole un aspecto más salvaje.
-Hola...emm- Se le veía nervioso.
-Pasa- Entró por la puerta y yo le deposité un beso en la mejilla, mi gesto pareció sorprenderle, pero no flaqueo, posó una mano en la parte baja de mi espalda y repitió mi muestra de afecto.
Creo que mi necesidad de apoyo moral en ese momento habló por si sola, ya que cuando Dan me besó débilmente en los labios, como pidiendo permiso, se lo dí.
Le dejé entrar en mi boca, mientras saboreaba ese delicioso sabor a menta que emanaba de cada poro de su piel. Las manos de Dan ascendían por mi cintura, profundizando el beso.
Dan me aupó en sus brazos y yo le rodeé el torso con las piernas, haciendo que el camisón se subiera hasta el ombligo dejando mi tanga burdeos a la vista. El se separó para coger aire, pero su vista de desvió hacia abajo, poco después se volvió oscura como el carbón, para volver a posarse en mis ojos. A torpes pasos se dirigió al salón donde la televisión seguía encendida.
La cosa empezaba a calentarse y Dan ya se había despojado de la camiseta y el cinturón, pasé las manos por su trabajado abdomen y mordisqueé sensualmente su mandíbula, hundiendo las manos en su pelo y acariciando sus hombros.
Entre respiro y respiro pensé en la reacción de Dan y preferí parar antes de hacerle daño. Le aparté con cuidado despegando su rostro de entre mi escote y me lo puse en frente.
-Tenemos que hablar...- El frunció el ceño.
-Que oportuna- Se alejó agitado, recostándose en el sofá.
Yo en cambio me levanté y corrí rápido a mi cuarto, saqué la cajita del cajón y cuando me giré para volver me choqué contra su pecho.
-¿Qué es eso?- Dijo el, lo que provovó que me tensara al instante.
-Un test de embarazo- Él palideció.
-¿Es tuyo?- Yo asentí.
-Estoy embarazada- El soltó una risa socarrona y e miró con burla.
-Buena broma, me la he llegado hasta a creer, pero no hace falta que hagas eso, si no quieres que nos acostemos, solo dilo- Entonces saqué el test de la caja.
-Dan no es ninguna puta broma- Le agarré del brazo- Y creo que es tuyo...
Ufff, madre mía...hasta yo me he estresado al escribirlo. ¿Cómo creéis que reaccionará Dan?
Espero que os haya gustado, besos!!
