|Historia completada| "𝙉𝙤 𝙝𝙖𝙮 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤𝙨 𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙤𝙨, 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙖𝙢𝙮, 𝙝𝙖𝙮 𝙜𝙪𝙚𝙧𝙧𝙖 𝙤 𝙥𝙖𝙯. 𝙔 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙚𝙣 𝙜𝙪𝙚𝙧𝙧𝙖."
El nuevo canciller y su grupo cercano de guardias han acabado con la vida de trescientos soldados ali...
Bellamy recordó aquella sensación de soledad y calma la primera vez que anduvo por esos bosques, sin embargo, no permaneció solo demasiado tiempo, porque tras varios largos minutos apareció ella. Aquella furia que desprendía, aquel dolor que emergía de Tania hizo que todas sus ideas se evadieran para reaccionar de la única manera que pareció ser la más indicada. Y lo fue. Las circunstancias serían demasiado diferentes si aquella conducta espontanea hubiera sido otra, si aquella bala no se hubiera incrustado en el pecho de aquel terrestre que con la espada amenazaba a la muchacha tendida en el suelo. En aquello vertiginosos instantes no se paró a pensar en el daño que había ocasionado horas antes a gran parte del pueblo de la chica, porque desde el primer momento Bellamy lo supo, aquellas ropas, las numerosas marcas en su rostro, las armas que poseía y aquel trenzado pelo que había adquirido numerosas hojas secas debido al roce con el suelo. No resultó un problema poner fin a aquellos guerreros, sin embargo, tampoco supuso ninguna dificultad mantenerla con vida. Durante el tiempo compartido con Tania, Bellamy había intentado evitar aquellos pensamientos, aunque en ocasiones no había sido demasiado útil. Otras veces sí que logró no fijar su mente en dichos recuerdos, Tania lograba con cualquier mínimo detalle, que en esos instantes se olvidará de aquello.
Había pasado un poco menos de un mes desde que Bellamy se fue de Arkadia, por un lado, deseaba volver por aquellos a los que quería, pero por otro, no estaba preparado para enfrentarse a una discusión de ideas, y en su mente no dejaba de iluminarse la cuestión de ¿El fin justifica los medios? Por que su fin era mantenerlos vivos, pero ¿Qué precio estaba dispuesto a pagar?
El día se mantenía nublado, aunque en ocasiones débiles rayos de luz atravesaban los arboles haciendo suaves sombras en el suelo. Había pasado un día desde que Bellamy había salido en busca de Tania. La daga que la chica se había dejado en la nave se encontraba en la mano del muchacho, su dedo pulgar acariciaba el mango de madera mientras continuaba un camino del bosque que ni siquiera sabía a que lugar llevaba.
Durante las primeras horas se estuvo preguntado si era una buena idea, si realmente era correcto, aunque era demasiado tarde para preguntarse si algo era correcto o incorrecto. Pensó también que el camino podría no ser el que ella habría elegido, pero Bellamy estaba seguro de que, si se había ido sin despedirse, era porque su mente mecanizaba un plan demasiado arriesgado ¿Y qué había más arriesgado que volver al sitio donde te quieren por intereses?
Pasadas las horas una amplia sonrisa apareció en sus labios, aquel lugar le ocasionaba demasiado imágenes pasadas. Recordó como ayudó a Tania a caminar hasta aquella entrada, sujetándola por los hombros mientras que ella mantenía sus brazos apoyados en su propio cuerpo, como si tocarle le hiciera daño. Pensó en el pequeño rastro de sangre que su herida iba dejando y en la angustia del momento. Hizo memoria y proyectó en su mente aquellas primeras palabras pronunciadas impregnadas de dolor, sin ni siquiera mírale y apoyada en la fría pared de la cueva preguntó "¿Por qué me ayudas?" Bellamy no dijo nada porque él ni siquiera lo sabía. El silencio acabó cuando ella habló de nuevo, acusándole, gritándole, odiándole. Con razón. Aunque su pensamiento pudo haber sido erróneo, dio la casualidad de que él si había estado inculcado en la muerte de aquellos terrestres, sin embargo, no todos los celestes lo estaban, ella dio por sentado que todos eran seres crueles y despreciables. A medida que ella hablaba su voz se tornaba menos tajante y entonces todos sus esquemas se rompieron, todo aquello por lo que había luchado las últimas horas antes de conocerla habían sido destruidos cuando Tania le perdonó. No le conocía y aun así lo hizo. Entendió su punto, entendió cuestiones que no tenía que entender y eso le hizo sentirse de mil maneras diferentes, demasiado complico de expresar.
Aquella noche se quedó en aquella cueva impregnada de recuerdos, recuerdo que habían hecho cambiar su forma de ver las cosas. Aquella noche Tania no salió de sus pensamientos, aunque durante los últimos días ello fuera frecuentado.
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Holi♥ espero que os haya gustado. Hemos llegado a los 3K, y para mi es super importante, estoy agradecida por vuestras leídas y votos.
Me alegraría saber que tambien leeis mis notas de autora del final (como esta ;D) no digo demasiadas cosas importantes pero me gusta hablar con vosotros.
