Capítulo 2 El ritual
Tres meses antes
—¿Por qué me ayudas? —habló por primera vez Tania, aunque sin mirarle directamente.
Ella tenía su cuerpo recaído sobre la fría pared de una cueva aleatoria en la que se resguardaban de la noche, y de los demás peligros mayores. Había dejado que la cabeza se apoyará también en la piedra y sus manos estaban colocadas de manera inconsciente sobre su propio muslo. Bellamy se tensó en el mismo instante que la voz de la chica terrestre hizo un eco suave entre las paredes, tal vez le había sorprendido que utilizase la misma lengua que él o sencillamente el contenido de aquella pregunta era más complicado de lo que podía imaginar. Optó por mantener el silencio y observar la llama de fuego que calentaba e iluminaba el lugar, como si su voz hubiera sido el sonido del viento en la lejanía.
—¿Por qué a mí me ayudas y al resto de mi gente la dejasteis morir? —Tania redactó de nuevo la pregunta intentando encontrar una respuesta lógica que le ayudara a comprender aquella situación surrealista. Reiteró la cuestión con otras palabras—: ¿Por qué matasteis a mi pueblo?
Sus palabras neutras y frías produjeron escalofríos que recorrieron todo su cuerpo. En qué estaba pensado cuando decidió apretar el gatillo a favor de la protección de aquella terrestre, cuando no habían pasado más de cuarenta y ocho horas desde que el canciller y sus soldados —entre ellos Bellamy— habían acabo con la vida de trescientos soldados terrestres aliados.
El corazón desbocado de Tania palpitaba a una velocidad vertiginosa, no había estado segura de que el chico que le había ayudado tenía relación con la muerte de su pueblo —con la muerte de sus padres—, pero el semblante que adquirió junto al silencio, hizo que la verdad reluciera en aquella cueva. Tania apretó los puños hasta que estos temblaron, aunque el joven situado en la parte de enfrente de la cueva, parecía no querer hablar. Tania no tenía claro que su seguridad estaba a salvo con la compañía de aquel skaikru, pero estaba cansada de quedarse callada.
—¡Éramos aliados! —exclamó Tania intentando llamar su atención. Esta vez su tono poseía rabia y cierta desesperación—. ¿Por qué los matasteis entonces? ¿Por qué nos matasteis?
—No todo es tan fácil. —dijo él con intento de calma mientras continuaba con la mirada en el fuego. No tuvo la valentía de mirar a sus ojos.
Aquella actitud enloquecía la furia de la chica. Había sido un día demasiado agrio, y a pesar de que, sin la ayuda del skaikru, las cosas hubieran sido radicalmente diferentes, la rabia que en sí tenía no podía dejarla en calma. De hecho, tenía todo el derecho a sentirse tal y como se sentía.
—Esa no fue mi pregunta —dijo entre dientes e hizo un intento de levantarse, aunque la herida reciente de la pierna le impidió hacerlo con normalidad. El dolor agudo había sido ignorado por la impotencia de sus palabras, sin embargo, allí continuaba. Tania hizo una mueca de dolor y el chico finalmente fijó su mirada en ella.
—No deberías moverte... —aconsejó él mientras hizo un amago de acercarse a la chica que se había desequilibrado.
—No te me acerques —dijo con desdén.
El chico suspiró y apoyó la espalda contra la irregular pared de la cueva. Resultaba demasiado tarde como para arrepentirse de una acción realizada, pero la conciencia no le permitía continuar. En aquellos instantes no pensó las consecuencias de sus actos, solo pretendía mantener Arkadia a salvo. No imaginó la crueldad de su acción. Bellamy acataba ordenes de su canciller. Dejó caer su cabeza encima de sus rodillas flexionadas, no podía quitarse de su mente aquella horrible sensación que le carcomía desde dentro.
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Lost ━The 100 |Bellamy Blake
Fanfiction|Historia completada| "𝙉𝙤 𝙝𝙖𝙮 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤𝙨 𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙤𝙨, 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙖𝙢𝙮, 𝙝𝙖𝙮 𝙜𝙪𝙚𝙧𝙧𝙖 𝙤 𝙥𝙖𝙯. 𝙔 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙚𝙣 𝙜𝙪𝙚𝙧𝙧𝙖." El nuevo canciller y su grupo cercano de guardias han acabado con la vida de trescientos soldados ali...