— Buenos dias estudiantes, soy el nuevo profesor de literatura, mi nombre es Kim Namjoon—
No se veia tan diferente a como lo vi ayer, seguía igual de serio, pero sin la expresion melancólica.
Aunque ahora esa ropa formal hace que sientas respeto con solo verlo y creo que hasta miedo por la postura que tiene.Ayer me di la libertad de hablarle primero, bueno también es lo tengo que hacer por mi trabajo pero creo que ahora no me atrevería a dirigirle la palabra.
—Buenas tardes, Hay algo en lo que le pueda ayudar?
—Buenas tardes, estoy buscando tulipanes rojos...—
—Oh! Claro, sigame por favor, le mostrare el mejor ramo de esta tienda... Que le parece?
—Ese me parece bien
— Desea que le ponga alguna dedicaroria en la tarjeta?
—No, sin tarjeta... cuanto es?
—Son 5.000 wones. Desea algo más?
—No, es todo...
—Gracias por su compra.
—Gracias— hizo una pequeña reverencia y se marchó con el ramo entre manos.
Quien iba a pensar que aquel joven, se presentaría hoy como mi profesor de literatura, no se ve mucho mayor que yo, y que habrá pasado con el anciano profesor de literatura?
— Espero que podamos trabajar bien, ya que la literatura se basa en leer, tienen una semana para entregar el resumen de algun libro de mínimo 400 páginas. Dicho esto podemos empezar.
Realmente el esta dándose su lugar como profesor, creo que esta mirando a cada alumno muy fijamente, acaba de entrar al salón y ya esta dejando tarea...
Si lo que quería era ganar respeto, en mi logró infundir miedo, Vamos Jin calmate! Pero como hacerlo si parecia que examina tu alma con su mirada...
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A mitad de clase mi estomago no aguantaba más el hambre, me quedé dormido asi que no pude hacerme el desayuno, asi que ni bien salió el profesor corrí desesperadamente a la cafetería.
Realmente amo comer y tambien amo mi organismo ya que me siento orgulloso de poder comer y seguir manteniendo mi hermosa figura.
Al llegar a la cafeteria compré unos pastelitos, empanadas, jugos y un café. Las cosas se le resbalaban de mis manos mientras buscaba una mesa libre, mis manos no podian agarrar el jugo y los pasteles a la vez, y sin querer solté uno de los pastelitos, una mano lo cogió antes de que chocara contra el suelo, solté un suspiro de alivio estoy realmente agradecido con esta persona, levanté mi mirada para agradecerle, pero no me esperé ver a mi profesor de literatura.