Cap.13

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Sonreí de lado.
- ¿Estás  celoso Fred?- reí.
Vi como el color de la pasión se confundía con el tono de su piel.
- ¡C-claro qué no!...- mis comisuras se inclinaron hacia abajo con rapidez.
- Oouuuh....entonces...¿No te importa que haga esto?...- acorralé a Freddy contra la pared gélida, sumida en la penumbra.
- Eres muy lindo...¿Lo sabías?- Miraba sus ojos que parecían temblar al igual que sus manos.
- ¿Q-que t-te pasa?...¡N-no me hagas nada por favor!- Al igual que su voz.

Llevé  mi mano a su mejilla. Estaba húmeda. Sus labios carnosos vibraban, parecían llamarme.
Mordí mi labio inferior. Si lo conseguía disfrutaría esto, por muy egoísta que suene.
- No llores, osito...- susurré cerca de su labio. Miré de reojo a Fred, él mantenía la vista baja, apretaba tanto sus puños que a pesar de la poca luz, se podían ver sus nudillos blancos.
- Te lo advierto Joy...acercate más...y pagarás  las consecuencias. No quiero pegarte.  No sé que planeas,  pero está no eres tú...- levantó un poco la mirada. Entre aquellos mechones azabaches se pudo vislumbrar dos puntitos blancos que brillaban como estrellas en una noche tan oscura como su cabello.- A pesar...de que sé por una parte...el porqué lo haces.
Desvié la mirada de Fred,  tenía que concentrarme en este hermoso chico que estaba paralizado, mirando cada movimiento a la vez que sus latidos crecían por momentos al mismo ritmo que los míos.  Puede que tuvieran caminos iguales,  pero nacimientos diferentes.
Estaba a punto de unir aquella piel rojiza que cubría nuestros labios bañados con saliva, saliva que al unirse surgiría un sabor acaramelado por mis sentimientos, pero amargado por los suyos, entonces es cuando sentí que una mano recia golpeaba mi mejilla,  consiguiendo con tal fuerza,  que no solo se me quedara la marca de la mano sino que también acabara en el suelo. 
- ¡AY!- chillé.
En esos instantes todos mis sentidos estaban concentrados en el fuerte ardor de la mejilla.  Casi podía sentir como en una película, la repetición continua de la bofetada.
- ¡N-no la entiendo Fred!...¡N-no la entiendo!- Sollozaba Freddy agarrado con fuerza a la camiseta mojada del chico de ojos color carmesí.  Este solo le abrazaba tratando de calmar su llanto que disminuía y aumentaba como una interminable escalera de recuerdos perniciosos. 
En ese momento caí en la cuenta de lo que acababa de hacer....
Una ola de sentimientos enrevesados me anudó el pecho,  el cuerpo y la mente. 
Me levanté de improviso, con brusquedad y manteniendo cierta distancia caí de rodillas delante de Freddy.
- ¡Perdón, perdón, perdón, perdón! ¡Todo esto era un castigo de mi abuelo, pero se supone que solo eran coqueteos, no acoso! ¡Se me fue de las manos! ¡Me deje llevar!- Un aluvión de palabras y gotas de agua se atropellaban entre sí.  Era como una carrera que trataba de averiguar quién se deja oír o ver primero. Sabía que no podía contarles,  pero en ese instante, esa preocupación era lo de menos.
Cuando paré  de hablar elevé mi mirada para observar como me miraban en silencio. Los surcos húmedos en las mejillas del chico castaño, parecían perlas,  y para mí eran los únicos hilos parecidos a la esperanza a la que podía aferrarme.
Pero entonces los dos estallaron en carcajadas. Yo solo parpadeé y me quedé en el sitio viendo como se axfisiaban por la risa rodando y pataleando en el suelo. El eco de la risa parecían reverberar en el vacio
de este cuarto monótono.
- ¡¿De qué os reís ?!- grité levantándome del suelo.
- ¡Debiste ver tu cara!- rió Fred para volver a tumbarse en el suelo y seguir a carcajada suelta.
- Ay... Joy...jajajja...todo era una tetra,  ideada por tu hermano. En el camino para venir aquí,  estuvimos charlando y él nos contó el castigo.  Y pues  él  predijo que acabarías acosandome, así que,  entre los tres acordamos que si de verdad lo hacias,  te haríamos creer que realmente me había afectado tus coqueteos y tu "intento de beso".- sonrió.
- Sí, ese tío no solo es el puto amo, sino también es adivino.- comentó Fred sentado en el suelo.
- ¡Aquí tenemos los mejores actores del año! ¡Todos lo habeís hecho de maravilla!- una voz cascada se dejó oír por la habitación sin ventanas.
- ¡Abuelo!  ¿¡Tú también estabas metido en esto?!- exclamé con el ceño fruncido.
- Por supuesto. ¿Por qué crees que no te detuve sabiendo que yo estoy viendo todo?
Y acto seguido volvieron a explotar de la risa.  Mientras en mi cabeza sólo cabía una idea.  Matar a Javier.
- Bueno, bueno,  ya basta de risa.  El castigo se ha acabado, y como me da pereza ir a abriros la puerta, os quedaréis ahí haciendo los deberes. ¡Ale!, ¡Adiós!- dijo el abuelo haciendo que la parejita parara de reír.
- Vaya mierda...- Fred se levantó ayudando a Freddy, para ir a por las tres mochilas que se encontraban en una esquina de la habitación.
A veces creo que se teletransportan....Porque sino ¿¡Quién coño las lleva de un lado para otro?!.
- El encargado de llevar las mochilas debe ser un fantasma...- comentó Freddy mirando fijamente las mochilas.- Porque te juro por mi vida que yo no he visto a nadie andando de un lugar a otro con una jodida mochila acuestas.
- Ahora que lo dices...tienes razón...- corroboró Fred sentándose en la pared con la mochila en su regazo.
- Ya, yo lo único que sé esque cuando nos montamos en la limusina es Jeffrei el qué nos quita la mochila para meterlas en la limusina. Yo por lo menos no me doy cuenta de en que momento lo hace....- dije sacando el libro de Lengua de la mochila.
- Quizás es el mismo....Jeffrei es el representante de Golden. ¿Verdad?- inquirió Freddy.
-Sí.
-Bueno, ya dejemos de hablar de mochilas teletrasportadoras, que me acuerdo de la de Dora y esa cosa da miedo. ¿Alguien sabe cómo se hace el ejercicio 1?- Miramos a Fred.- ¿Qué?
- ¿Enserio te da miedo la mochila de Dora?- reí.
- ¡Sí! Esa cosa es satánica.
Freddy se acercó a Fred y se tumbó con la cabeza entre sus piernas.
- No te preocupes Fred, yo te protegeré de la mochila mala.- sonrió mientras se miraban con ojos refulgurantes y mejillas enrojecidas.
Después de un pequeño silencio Freddy y yo empezamos a reír. ¡La cara de Fred era todo un poema!
- ¡Idiota!.- Fred empujó a Freddy y este quedó en el suelo.
- Jajajaj...Oye...¿¡Si todo era una broma porqué me has pegado?!- me llevé una mano a la mejilla. Cuando la tocaba todavía me quemaba un poquito.
- La razón es simple.- sonrió.- Tu acoso era real,  por lo tanto la bofetada también.- Se apoyó en la pared  utilizando sus brazos como almohada al ser deslizados por debajo de su cabeza.
-Aa....

Él y Yo (FREDEDDY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora