Cap.22

53 3 2
                                    

- Cambiando de tema...¿Puedes andar?- volvió a hablar Arit.
- No lo sé...me siguen doliendo las heridas...Oye...hay algo que no entiendo...¿Por qué me ayudaste?...¿No decías que no tenía sentido ayudar a los demás porque solo les dabas una parte de ti? Además ahora que apenas puedo andar no te seré de gran ayuda...
Él suspiró.
- Yo no te ayudé, me ayudé a mí mismo. Yo  quería ayudarte porque quería, no porque sea bueno ayudar o si te ayudo te caeré mejor. Cuando ayudas a alguien porque quieres tú, es como dejar que una parte de ti se escape, es aceptarte.
- ¿Y por qué querías ayudarme? Yo no te sirvo ahora mismo.
-  La primera razón; Porque te quiero. La segunda; Da igual que no puedas andar bien tienes los brazos y me vas a servir.
- ¿Qué?..¿M-me quieres..?
- Yo también tengo sentimientos Joy, puedo amar aunque no lo creas. Opino que es un sentimiento lindo y loco aunque no es pragmático.
- Pues mira combina a la perfección con tu personalidad.
Rió.
- ¿Eso es lo que piensas de mí?..
- O-oye... aléjate...idiota...
- ¿Y si no quiero?..
- Te voy a pegar... imbécil.
-¡Ay!..
-Te lo advertí...
- Me gustan las mujeres con carácter.
- Te recuerdo que somos hermanos y que si quieres trincar, la puerta de la habitación de Fred es la segunda a la izquierda.
- ¿Tienes idea de lo poco que me importa que seas mi hermana? Pero dejando eso de lado...vamos levántate.
- Todavía me duele un poco, pero puedo andar, despacio, pero puedo...
- Si es que...¿A quién se le ocurre saltar desde un segundo piso..?
- ¡Había un maldito árbol!
- Sí, a unos 5 metros más o menos de distancia...
- ¡No calculé bien! Lo increíble es que mi móvil sobrevivió, bueno la pantalla no...
- Y tus piernas tampoco...
- Bueno, eso se curará...el móvil no.
-Te puedes comprar otro. Tus piernas son para siempre.
- ¡Aggh!, Vale...venga vamos.
Enseguida  guié a Fred a la cama.
- Hazte el dormido ¿Vale? Y no tengas miedo yo estaré en el armario y en cuanto oiga algo extraño salgo.- susurré.
Fred asintió. Bajo la penumbra   parecían palpitar aquellos ojos ensuciados.
Me metí en el armario entornando la puerta. Traté de ponerme cómodo. La ropa colgada impedía mi visión.
Escuché la puerta abrirse. Hasta a la oscuridad se le encogió el corazón.
- Mira, ahí está dormido.- habló Joy.
- Parece mentira con los  gritos que has pegado.
- Calla y vamos.
Atisbé por la rendija del armario. Ellos trataban de cargar a Fred.
Saqué mi móvil del bolsillo y con parte de la pantalla cubierta por una camiseta, busqué una aplicación.
Pulsé el icono de una trompeta. Un estridente ruido se dejó oír. Salí del armario.
Ellos soltaron a Fred. Este cayó al suelo.
-¡Ay!.- Se quejó.
En ese instante aparecieron en la puerta los progenitores de Fred. Fernanda tenía el pelo revuelto y los ojos entrecerrados, su marido se anudaba la bata.
- ¿Qué mierda es este escándalo?.- inquirió Fernanda. Ella encendió la luz.
- No se preocupe señora, nosotros ya nos vamos.- dijo Arit. Y agarrando la mano de Joy abrieron la ventana y saltaron. Joy soltó un chillido.
- ¿Y a esos que les pasa?- preguntó David.
- Que están locos, papá.- dijo Fred.
- Bien...ahora, vosotros dos vais a ir a la sala de estar mientras pensáis como explicar lo que ha pasado.- dijo la madre de Fred.
Los dos salieron de la habitación.
- ¿Te encuentras bien?- inquirí mirando a Fred levantándose.
- Bueno...a excepción de que el hermano de mi supuesta mejor amiga y esa misma supuesta mejor amiga planearon violarme y luego drogarme, estoy bien.- sonrió.
- Anda, no me hagas reír por favor....
- Oye...muchas gracias por salvarme.
- No hay de que...
- Enserio, sin ti, ya estaría en Dios sabe dónde.- se acerca a mí.
- D-denada...- empezó a acariciar mis mis mejillas pintadas con rojo, el rojo de sus ojos.
-Venga, vamos.- dicho esto salió de la habitación. Yo  le seguí.
Al llegar los padres de Fred  estaban sentados en el sofá.
- Muy bien. ¿Qué cojones hacíais?.- preguntó Fernanda.
- ¿Y quiénes eran ese chico y esa chica?.
- Pues ellos intentaron vio-
- ¡Intentaron volatilizarle!.- le interrumpí cubriendo su boca.- Y esos chicos eran Joy y su hermano. ¿Te acuerdas de Joy?..Antes éramos muy amigos.
- Sí, sí que me acuerdo ahora que lo dices.- comentó el padre.
- Bien, ahora supongamos que te creo en lo de que intentaron volatilizar a mi hijo. Ahora ¿A qué vino ese escándalo, por qué a las tantas de la noche y justo en mi casa?
- Era un juego, consistía en que teníamos que colarnos en una casa ajena y los primeros que consiguieran mantener a uno de nosotros en el aire ganarían el juego y para impedirlo otro de nosotros se encargaría de protegerlo, si ellos oyen un ruido fuerte significa que han perdido porque el otro los ha pillado...- expliqué.
- Vale, escuchad, solo por el hecho de que me parece bonito que tratéis de defender a vuestros amigos, no voy a llamar a tus padres Freddy.- dijo Fernanda.
- Vale.
Ellos se levantaron y nos dejaron solos. Fred tenía el rostro clavado en el suelo.
- ¿Por qué mentiste?- inquirió.
- Quería darles una oportunidad, además ya conoces a Joy, ella está enamorada de mí y se deja llevar mucho por los sentimientos. Y su hermano...ella le tiene controlado.
-¿Seguro?.
-Seguro. ¿Tú crees que te haría daño?
-No.
- ¿Entonces?- sonreí.
- Te quiero.- la pasión era el pincel, mis mejillas papel y  el rojo sus palabras.
- Y-yo también...
Antes de cerrar la puerta de su casa, le besé la mejilla, un acto pequeño  puede decir grandes cosas.
En el camino las estrellas se colaban en mis ojos. El frío relentizaba mis latidos y yo sentía  mis pies  en vilo.
Abrí la puerta de mi casa, la oscuridad era silencio y mis pasos lentos.
Me metí en la cama mientras el edredón me protegía de los abrazos del viento y  yo me colaba en el mundo de los sueños.

Él y Yo (FREDEDDY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora