Cap.30

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-Bueno...¿Cómo piensas que vas a enamorar a Freddy fingiendo ser chico?.

- Pues...pensé que como a él le gusta Fred, pensé en fingir tener una personalidad parecida a ese chico.- dije arrancando una hoja.

-Interesante...¿Y tienes idea de como calcarla?.

- No, el problema es que...- escruté el lápiz.- las personas son siempre bocetos, van cambiando con el paso del tiempo. Por mucho que conozcas a esa persona solo vas a tener los contornos, lo demás o lo llenará los minutos o lo guardará el alma detrás de una cara.- Un cuaderno de cubierta negra  cayó en mitad de la mesa.- ¿Qué es es- me callé al leer el nombre grabado en la portada arrugada.- ¡¿Cómo cojones has conseguido el diario de Fred?!.

- Lo robé.- sonrió.

- ¡Serás imbécil!.¿¡Cómo puedes estar tan tranquilo después de haber cometido este hurto?!.- golpeé  justo encima de las letras grandes, estas decían; "Diario de Fred".

- Lo terminó el año pasado, lo tenía guardado entre sus cosas viejas, no lo echará en falta. Y así mato dos pájaros de un tiro. Haré sufrir a Freddy ayudándote con tu pequeño plan y encima para mí será todo un honor ayudar a mi hermanita favorita.

- Eres un idiota...¿¡Cómo es posible que no estés en la cárcel?!.

- Sencillo, cuando me escapé del reformatorio, nada fácil por cierto, un amigo me consiguió un carnet de identidad falso y con mi cambio de aspecto, les resulto más difícil rastrearme y hace poco descubrí que cerraron el caso.- sonrió.

- Oye, pero a estas alturas es casi imposible falsificar bien un carnet de identidad. ¿Cómo lo hizo tu amigo?.

- Bueno, el padre de mi amigo es policía, así que a cambio de un favor, me hizo un carnet con los mismos  elementos con los que se hace un carnet de identidad verdadero.

- ¿¡Y su padre?! .

- Es tan fácil de camelar como su propio hijo.- soltó una carcajada.

-¿Y cuándo conseguiste el diario?.

- Justo cuando te dejé en tu casa volví a coger el librito que por cierto me llamó la atención antes de que saltáramos por la ventana.

- Así...hablando de tirarse por la ventana, casi me das un infarto. ¡No lo vuelvas a hacer cabrón de mierda!.- crucé los brazos.

- Aaaay...si me dieran dinero cada vez que me insultas, sería multimillonario.

- Sigues siendo un imbécil...

- 2 euros, sigue.

- Hijo de su...

- 3. ¡Guau y en menos de un minuto!.- estampé mi frente contra la mesa.

- Te vas a hacer daño hermanita y he escuchado en una serie que alguien dice que muchos golpes seguidos en la cabeza provocan doble personalidad.- gruñí.

- No te creas todo lo que aparezca en una serie y dudo que algo tan complejo como eso lo haya  provocado unos golpecitos de nada.- hablé con la cabeza aún apoyada.

- Me gusta tu perspicacia y que dudes de la veracidad de las palabras.- sentándose en la mesa.

Alcé la mirada.  

- Y a mí me gusta que me ayudes.- nos sonreímos.

Por mucho que lo odie, los pasados chocan uniendo presentes. 

- Bueno, pero aunque solo tenga partes lo intentaré.- abrí la libreta.
- No lo vas a conseguir.- fruncí el ceño.
- Gracias por los ánimos.
- Denada, solo soy sincero.
- Agradecería que te callaras, tengo que leer.
- Vaya, no va ni por la segunda frase y ya habla de Freddy.
- Lo sé, imbécil.
- 4 €.
- Eres insoportable...
- Gracias.
- No era un cumplido...
- De ti, sí es un cumplido.
- Sigue soñando...
- No te preocupes, que no voy a parar.
- ¡O te callas o te vas!.
Sonrió y yo volví a la lectura donde las palabras son reales y los sentimientos imborrables.

Él y Yo (FREDEDDY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora