Capítulo 1

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"Nunca olvidaré el 31 de octubre del año pasado..."

Hace unos diez años se reunieron en la casa de mis padres, e hicieron un trato, o más bien, un pacto. ¿Quiénes se reunieron? pues todos los miembros del vecindario. Fue una reunión de treinta representantes, dos por casa.

Decidieron crear un pequeño conjunto de costumbres estadounidenses en su vecindario, navidades extravagantes, halloween, etc. Pero ese no fue su único pacto, el otro es secreto, y sólo los padres de casa lo saben.

Hay quince casas en total, cada una rodeada por su propio patio, construidas todas en el 2000 por fuerte concreto, estilo moderno. Algunas están pintadas de rosa, otras blancas, otras celestes pastel... es un vecindario perfecto. Por afuera.

Está lleno de familias "ejemplares" para los anticuados, ya saben, no hay divorcios, ni personas lgbt, todos tienen dos padres y por lo general son familias de a cuatro o cinco personas. No hay niños adoptados, ninguna mamá trabaja y los padres se van antes de las 10:00 am y vuelven al anochecer, donde hay una cena preparada distinta cada día, sus hijos haciendo los deberes, la madre habiendo limpiado toda la casa... Para que llegue el padre a descargar el estrés acumulado durante el día.

Cada casa está evaluada por unos pocos millones de dólares... "pocos". Porque aunque tengan un estilo aesthetic y simple, cada mueble dentro es tan caro como el oro puro. ¿De qué trabajan?, son todos políticos. Todos y cada uno de ellos, pero no, no son políticos argentinos.

Verán. En 1995 la separación de Yugoslavia estaba arrasando con cada político en contra del gran dictador Tito, por lo tanto, los que tuvieron más suerte (mis vecinos y mis padres) pudieron obtener ayuda de Argentina.

El presidente argentino de ese entonces les construyó este vecindario en el 2000, con casas resistentes en caso de emergencia. Encerró la urbanización en un alto sistema de seguridad. Construyó un supermercado, un colegio, un banco, plazas, vaya, toda una vida nueva cerca de ellos, especializados en cubrir todas sus necesidades.

A partir de la fundación de ese tan calificado colegio empezaron a acercarse personas de afuera, a mudarse alrededor del gran vecindario y construir casas muy costosas, aunque no tanto como las de los políticos Yugoslavos. Enviaron a sus hijos a ese colegio, empezaron a comprar en ese supermercado, depositar su dinero en el banco e ir a la plaza por las tardes para jugar.

Las calles son perfectas, no hay huecos, la acera está cuidada y los árboles también. Hay bicicletas. No existen los colectivos en ese lugar, ni los taxis. Pues todos tienen tanto dinero que no hace falta el transporte público. El único vehículo "grande" que verán es el que recoge a los niños del Gran Vecindario y los Vecindarios de Alrededor para llevarlos al colegio.

Alrededor de los Vecindarios de Alrededor empezaron a mudarse personas más normales, más jóvenes, buscando trabajo. El gobierno les construyó edificios, unos diez. Y ellos eran los empleados de las necesidades de los millonarios. Y así, en dieciocho años se fundó un pueblo, denominado Los Vecindarios, y si, le queda muy bien el nombre.

Aunque esa pequeña utopía de no tener colectivos fue desapareciendo, ya que aparecieron dos líneas, una que conectaba Los Vecindarios con Buenos Aires y otra que recorría al pueblo, para los trabajadores que no tenían auto.

De todas formas, no cualquier joven con ganas de vivir ahí podía hacerlo, ya que seguía siendo bastante caro hasta en la zona de los edificios, que se llama Los Extremos.

Fui con mi mamá a comprar disfraces para halloween. Para eso tuvimos que ir a Los Extremos, amo ese lugar, los edificios son enormes y lindos, y hay tienditas, siempre hay movimiento en las calles, no como en mi vecindario.

Los Vecindarios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora