Intentando olvidar

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                                                                                                 10/8/2014

Realmente, la primera vez que intenté olvidarme de ti con todas mis fuerzas fue después de todo esto. Y la carta que escribí por aquel entonces sí que está llena de lágrimas, nunca quise reescribirla, con sus palabras llenas de rabia y mal humor, provocados por el sufrimiento de amar que para mi siempre ha supuesto. Y es que tú no lo entiendes, porque la gente bonita como tú, siempre consigue lo que quiere sin ningún esfuerzo. 

Lo mejor de todo es que lo que quieres siempre hace daño a alguien; que de una acción salga a la luz el dolor de alguien es un círculo vicioso e imparable. Pero claro, eso tú no lo puedes ver, ¿me equivoco? Obviamente no, no me equivoco, no cometo ningún tipo de error al afirmarlo sin miedo alguno. Y tú seguirás sin comprenderlo.

"¿Recuerdas que estaba enamorada de ti? Oh, para qué mentir, sigo estándolo, pero no quiero. No quiero porque no es justo llevar tanto tiempo enamorada de alguien que no me hace caso, que coquetea con todas las que pilla y que por todo eso me hace daño. 

No merece la pena sentir esto por alguien que chasquea los dedos y tiene a medio mundo tras él, cuando te estás matando por conseguir una maldita mirada tuya, joder. No es normal que me esté muriendo, mientras preparo un plan que sé que fallara solamente para verte un día, un día en el que seguramente te encuentre con otra chica.

Podría confirmar -y confirmo- que los enamorados somos masocas, ya que podemos hacer lo que sea por la otra persona. Y lo que sea es lo que sea. Porque por mucho que suframos, por mucho que digamos que no podemos más... seguimos. Poca gente sabe decir basta, pero aún menos gente sabe cumplir su palabra de dejar de hacerse sufrir a sí mismo. ¿Es el amor más fuerte que el dolor? Muchos lo afirmarían, pero porque confían ciegamente en algo que les decepcionará. Obviamente, todos sabemos que si algo duele hay que dejarlo. El amor es como una enfermedad; la más peligrosa de todas. Algunos la padecen en pareja y todo sale bien, pero otros acaban curándose de ella. Algunos se contagian por si solos y son incapaces de buscar remedio, porque prefieren padecerlo con sus respectivos dolores a dejar de tenerla. Otros la padecemos y por muchas curas que probemos, no conseguimos quitárnoslo de encima... 

Y al final no sé si sufro más porque eres un guaperas gilipollas que no me hace caso del que me he enamorado o si es porque no puedo quitarte de mí pensamiento. No sé si mi dolor es porque tengo rabia contra ti, ni si es porque no te puedo alejar de mí. 

Algunos dicen que amamos con el corazón y que por eso bombea sangre; otros dicen que es con el alma, que te guía a saberlo, y el resto dicen que el encargado de amar, al igual que todo, es el cerebro. Personalmente, no creo en ninguna. El corazón se puede parar en cualquier momento, estés o no enamorado; el alma no tiene sentido, y el cerebro... si eso fuese real, amaríamos con inteligencia y no nos equivocaríamos ni sufriríamos tanto. 

Son simples hechos que nos duelen y les intentamos buscar explicación cuando no la tienen. Pero así es la raza humana: intenta lo imposible para fracasar. 

Puedes conseguir ir a la luna, puedes conseguir una cura contra la enfermedad más letal, puedes hacer lo que quieras, pero jamás le encontrarás una explicación al amor, ni a por qué amamos, ni cómo, ni nada. Cada uno ama a su manera y lo sufre del mismo modo. Pero no es como se dice: ya nadie ama desinteresadamente. A mí, sinceramente, ya me da igual si me haces caso o no. Dejaré de pensar en ti, guardaré todo lo que me recuerde a ti en un cajón y dentro de poco habrás desaparecido de mi vida por completo. 

No aguanto más el buscarle una razón a todo esto, cuando lo único cierto es que eres subnormal y no entiendes a la gente. Eres un egocéntrico y solamente te ves a ti mismo en un espejo, rodeado de chicas que para ti serán de usar y tirar. ¿Y por qué? Porque siempre has vivido con facilidades y nunca has visto ni sentido lo que esforzarse por algo y frustarse cuando no lo consigues.

Corazón empapeladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora