Between Drinks [KOOKV]

06

    Taehyung observaba cómo Hoseok y Jimin hablaban de forma interesada sobre las características que él había dado para lograr encontrar a aquél chico. El pelirrosa aún lo recordaba claramente; lo suficientemente alto para imponerse ante cualquiera, cabello muy oscuro que resaltaba por su piel casi pálida y sus ojos bastante grandes y profundos. Era muy atractivo.

—¿Cómo que no me puedes decir si no te digo la razón?, ¿acaso te crees hospital o algún policía de recepción? Es importante, Hobi —bufó Jimin—. Lo suficientemente importante como para asegurarte que le estás haciendo un bien a la humanidad.

El mayor lo miraba con algo de recelo y es que aquellos ojos casi que enojados del rubio lo hacían dudar al intentar decirle. Jimin no era del tipo que pasaba molesto, mucho menos era alguien que quisiese buscar venganza, pero ahora parecía lo contrario.

Hoseok soltó un suspiro ante la resignación, se fue hacia unos casilleros cerrados con llave y al abrir uno de ellos, empezó a buscar.

—No sé con exactitud de quién me estás hablando, pero supongo que puedo hacerme una idea —informó.

—¿Entonces?

—Hay muchas personas con esas características.

—Tenía… tenía varios lunares en su rostro —recordó el menor de los tres y miró al mayor.

En ese momento, una pequeña chica de cabellos oscuros entró a la sala y miró a los dos chicos que ya conocía mucho.

—Oh, hermano, Tae —mencionó—. ¿Qué hacen por aquí? —Preguntó Sohyun, con una gran sonrisa.

Jimin dirigió sus ojos hacia ella. —No sabía que estabas en este club.

—Es obligatorio asistir a uno en primer semestre. —Hizo un puchero. —Pero está bien, me gusta.

—Entonces —continuó Hoseok y miró a Taehyung—. Alto, cabello oscuro, piel clara y tiene varios lunares en su cara —repasó y el pelirrosa asintió.

—¿De qué hablan? —Preguntó la pequeña chica.

—No es algo importante —mintió Jimin.

—¿Conoces a alguien así? —Volvió a hablar el mayor y miró a Sohyun.

Ésta sin lograr hacerse una idea, simplemente negó.

Taehyung bufó ante la nula información que tenían y dejó caer su cabeza en un escritorio lleno de papeles, miró en dirección a ellos y notó unas cuantas imágenes impresas.

—Entonces estamos en el mismo lugar —habló Jimin, un tanto decepcionado.

El pelirrosa levantó su dorso y empezó a mirar la imágenes del equipo seleccionado de la universidad. Muchos eran morenos, otros bajitos, algunos hasta extranjeros, pero nada de lo que él estaba buscando.