Between Drinks [KOOKV]

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    Dos días pasaron muy rápido, la tarde se había hecho presente y el castaño se encontraba sentado en un sofá, mientras veía cómo Jungkook jugaba con Eunwoo y éste no hacía más que reír.

—No debes tirarlas —decía el azabache mayor, mientras armaba nuevamente la torre de fichas que había sido tumbada por el pequeño—. ¿Si ves? —Preguntaba seriamente y seguía armando la mencionada.

¿De qué trataba el juego? La función de Jungkook era armar una torre enorme para que ésta, posterior al proceso, sea desarmada por Eunwoo; ya era la décima ronda del juego.

—¡Shí! —Alegó entre risas el pequeño, mientras aplaudía por la emoción que surgía al ver la torre nuevamente. Ese gesto era bastante reconocido en Jungkook.

—¡Ni se te ocu- —no pudo terminar de hablar, ya que el niño mandó hacia abajo todas las fichas con un leve empujón de sus manitos.

—¡Arma, arma! —Pedía entre pequeñas risitas de diversión.

Taehyung al ver la cara del azabache no pudo evitar soltar una carcajada y tapar su boca al darse cuenta de su imprudencia.

—Deberías jugar tú también —habló el azabache, algo estresado por el asunto.

—Eunwoo quiere jugar contigo —aseguró, mientras seguía mirando.

—¡Papá! —Chilló el pequeño, mientras se colocaba de pie e intentaba acumular todas las fichas entre sus cortos brazos y sus manitos.

—Te está ayudando. —Rió el castaño.

—Por cierto, Taehyung —comentó Jungkook, mientras tomaba las fichas traídas por su pequeño y empezaba a armar aquella torre nuevamente—. No me has respondido.

—¿Hm? —Dijo y al recordar sobre qué trataba, sus mejillas empezaron a colorarse—. Ah… sí es cierto.

—¿Qué me dices? —Preguntó—. Mamá se hará cargo de Eunwoo y sabes que los dos se llevan muy bien.

Cuando Jungkook y Soo llegaron, hace más o menos dos días, el menor le había pedido de la forma más tierna a Taehyung que, por favor, tuvieran una corta cita. Mas éste nunca fue capaz de contestar en ese momento.

—He… de suponer que está bien —respondió por fin y miró al azabache, el cual dejó salir una pequeña sonrisa y prefirió posar su mirada en Eunwoo.

—¿Te parece a las siete? —Volvió a hablar el azabache, mientras terminaba de armar la torre.

—A las siete se escucha bien —mencionó y se le hizo muy difícil ignorar los evidentes latidos de su corazón nervioso.