Capítulo 14

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James paseaba al día siguiente por el hotel para ver si Taylor había ido a echarle una ojeada y a supervisar que lo del otro día no volviese a suceder. Pero no lo encontrado por ningún lado.

En cambio, Joan solamente voy a Michael. El primo de Taylor. Quien supervisaba el hotel mientras que ella estaba ausente.

Por lo tanto, James se dijo a sí mismo qué Taylor y Joan habían regresado a la ciudad de Nueva York para estar juntos y rehacer de allí su vida. Algo que no lograba creer todavía.

Pero él no se dio por vencido. Decidió de quedarse en la ciudad en la cual conocí a la mujer que ama más tiempo.

De pronto, pensó en la chica con la que se topó en la cafetería y recordó que no la había dado su número de teléfono. Por lo tanto, James llamó a su secretaria para que le hiciera un par de averiguaciones sobre las chicas y que le tuviera un informe breve de quién era ella.

Fue cuando recordó que así consiguió hace más de un año el corazón Taylor. Pero lo que en realidad no sabía era que el corazón de Taylor se lo ganó cuando para ella era un simple desconocido. Un corazón que ya no le pertenecía en esos momentos.

Pero de pronto volvió a pensar en aquella chica y decidió devolver a Nueva York para tener una primera cita con ella.

Taylor comenzó a despertar de pronto y recordó en pocos segundos que Joan había llevado una casa abandonada en la cual la poseyó y antes de eso, él hizo confesar algunas cosas que no quería hacer.

Ella se giró y voy a su esposo profundamente.

Por lo tanto, le escribió una nota y después decidió dar un paseo. Aunque no sabía si iría algún lugar de bosque o a otro lugar desconocido.

Cuando ella estuvo a solas, comenzó a recordar los buenos momentos con James y pensar si debías de escucharle. Pero lo que pasó la noche anterior, le hizo pensar y no dar marcha atrás las explicaciones que James tenía que darle.

De pronto, le tocó a ella la espalda y Taylor pegó un respingo.

Ella se giró y vio a Joan junto a ella. Que parecía haberle seguido hasta el lugar donde habido a dar ese pequeño paseo.

―¿Qué haces aquí sola? ―le preguntó Joan.

―Necesitaba pensar.

―¿En qué cosa?

―En muchas. Pero sobre todo en que mi vida es un caos.

―¡Es por la vida que tienes desde que te casaste conmigo!

―No. Yo me entiendo.

―Vale.

Hicieron una pausa.

―Vamos a vestirnos y vamos a desayunar en alguna cafetería. Tienes que comer algo. He decidido de quedarnos un poco más de tiempo en Verona.

―¿Por qué esa decisión tan repentina?

―Porque así lo deseo.

Taylor asintió.

Después ambos se marcharon de ese paseo que ella había decidido tomar.

En breve, Joan y Taylor decidieron de marcharse de la casa en cuanto se vistieron y recogieron los juguetes de su esposo.

Mientras que iban de camino al desayuno, Taylor no dejaba de pensar en los sentimientos que tenía hacía dos personas que se ven comportado como verdaderos críos. Porque a pesar de todo, James fue su primer amor y Joan el encargado de deshacer ese amor que sentía hacia su peor enemigo.

Después de que ambos llegarán a la casa del tío de Taylor, Joan fue a ver al niño y Taylor decidió de ir a dar un paseo a donde ella solamente sabía. Pues era un lugar lleno de paz y tranquilidad y ahora que su esposo estaba distraído con el niño se escaparía sin ser vigilada.

Allan y Clare despertaban al día siguiente sin pensar en el día que le deparaba van ambos.

Mientras que ambos se hacen cosquillas en la cama una milésima de segundo después, sintieron llorar al niño. Por lo tanto, fueron a ver lo qué le pasaba a su hijo.

Ante la cuna, observaron que su hijo estaba tumbado y Clare decidió de tocarle la frente para ver si tenía algo de fiebre. Pero el niño no tenía nada.

Pero ella no estaba satisfecha y decidió de llevar al niño al pediatra. Pues quería saber lo que le estaba pasando su hijo.

Después de que ambos se vistieran, Allan se marchó a trabajar y Clare llevó al niño al pediatra para saber si su hijo tenía algo que le hiciera llorar cada mañana.

Más tarde, Taylor regresó a la casa de su tío y observó cuando entró en el salón, que todos estaban allí pendientes de algo.

Ella había estado en un lugar de paz y tranquilidad. Justamente el lugar donde conoció a James y en el cual, la noche antes de su cumpleaños le hizo el amor. Se había ido a pensar ahí porque necesitaba aclarar sus pensamientos y sus sentimientos. Sobre todo sus sentimientos que eran un verdadero caos.

Cuando la miraron a ella, Taylor se percató de que la miraban como si hubiera desaparecido. Pero no era así.

Joan se acercó a ella enfadado y le preguntó con mucha furia:

―¿Dónde has estado?

―Necesitaba estar sola. Necesito pensar sin tenerte al lado Joan.

―¡Estás pensando en dejarme!

Taylor y Joan se miraron a los ojos fijamente y Carlo dijo en breve:

―Vamos a dejarles a solas.

Todos salieron al jardín y en breve, cuándo Joan y Taylor se quedaron a solas, este volvió a decirle:

―Es eso verdad. ¡Vas a dejarme!

―No he ido a pensar en eso sí es lo que te preocupa. Pero debería de ser yo quien te amenazara en estos momentos para que me dejaras en paz y ser libre Joan.

Hicieron una pausa:

―No sé qué es lo que voy a hacer Joan. Pero el día que tenga que tomar una decisión lo haré y lo haré segura de los sentimientos que tenga en esos instantes.

―Yo no voy a permitirlo Taylor. No voy a permitir que me dejes.

―Ahora soy yo quien decido si quedarme contigo o no. Te recuerdo que me casé contigo bajo amenazas y quiero estar segura de lo que siento antes de tomar una decisión.

Vamos volvieron a mirarse a los ojos y Taylor decidido de que era mejor dar por concluida la conversación.

Por lo tanto, ella decidió de irse la habitación y cerrar la puerta con llave para estar sola por un rato más. Y él estaba tan enfadado que no sabía cuáles eran sus verdaderos sentimientos.

En cambio Joan, empezó a darle razones a su esposa. Pues ella se necesitaba la libertad para poder llevar su vida sin tener que temer a un castigo que él podría darle. Y fue él pensando, quién llegó a la conclusión de hacer lo que fuera necesario para que Taylor no la abandonara.

James recibir en el aeropuerto a la chica que conoció en el restaurante. Pues había sido tan cortés te invitan a la ciudad de Verona y enseñarle el hotel que su amada construyó pensando de que estaba muerto.

Él le había conseguido una pequeña habitación en el hotel del cual también era dueño. Pero ella le dijo que no quería ese mismo hotel. Que quería uno distinto. Ya que si iba a ver un hotel que era de su propiedad, no quería dormir en el.

Después de que ella cogiera su equipaje, James le invitó a cenar en un restaurante muy cerca del hotel en el cual se iba a quedar a dormir. Pues James sabía que era llegado muy cansada del viaje y qué debía de dejarla de descansar.

Cuando terminaron con la cena, James lleva la chica al hotel y sin que pasara nada, es la dejó frente a la puerta de la habitación. Indicando una a la hora que iría a recogerla para llevarla al hotel y hacerle de guía turística por la ciudad de Verona.

La chica sonrió y después cerró la puerta para estar a solas y poder descansar lo que le quedaba de día.

Cuarenta Días de Redención (Una Noche en Verona III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora