Capítulo 16

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A la mañana siguiente, James decidió de dar un paseo por el lugar en el que conoció a Taylor. Un lugar que era sagrado para él desde hacía muchos meses.

Por lo tanto se puso su mejor traje de chaqueta y como si estuviera dándose un homenaje, fue al lugar donde le dio el mejor regalo de cumpleaños a la mujer que amaba.

Cuando llegó ay media hora más tarde, comenzó a pensar en todo lo maravilloso que había sido vivir la experiencia de un amor correspondido y que ahora ya no parecía tanto.

James pensó también en su hijo. Un hijo que no llegó a nacer por culpa de unos celos enfermizos por conseguir lo que él tenía. Pues se conocía que Joan y él tenían problemas desde que Clare no le respondió a Joan como era debido y solo se fijó en él porque se había enamorado.

Pero fue de pronto la imagen de la chica a la que conoció y a la que invitó a la ciudad de Verona lo que hizo que pensara en qué se debe de empezar de cero con su vida. Algo que sabía que tarde o temprano tenía que suceder.

Taylor comenzó a despertarse lentamente, mientras que observaba como su esposo aun dormía.

Ella comenzó a recordar en aquel día en que él la violó y comenzó a pensar en que debía de estar a solas por un tiempo para pensar en que debía de hacer con su matrimonio.

Taylor se levantó de la cama y fue a tomar algo de aire fresco al balcón de la habitación que su tío le asignó a ella y a Joan.

Cuando el aire de la mañana le dio a ella en la cara, podría sentirse en paz.

Unos segundos después, notó que alguien estaba detrás de ella y supo por la respiración, que era su esposo.

Él se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla por detrás, mientras que ella intentaba de apartarse. Pero Joan le agarró por el brazo para que no se escapara.

―Espero que estés bien, Taylor ―dijo él.

―Sí ―respondió ella―. Lo estoy. Solo que necesito entrar y estar a solas.

―¡Todavía sigues con eso! Pensé qué es lo que hice anoche solucionaría las cosas entre tú y yo.

―En realidad estuvo bien Joan. Como siempre. Necesito estar un rato a solas para poder pensar en lo que tanto me da vueltas en la cabeza.

Ambos se miraron a los ojos fijamente y yo he entendido que su esposa necesitaba estar a solas para poder pensar lo que por fin el tanto se temía.

Joan soltó a su esposa y en breve, Taylor se marchó hacia dentro.

Ella se vistió en breve y decidió de ir al único lugar que le daba paz. Uno que sabía que le traería demasiados recuerdos y que a pesar de todo sabía que ahí debía de tomar una mejor decisión.

Pero Joan quería saber a dónde iría su esposa. Pues muy a su pesar presentía que algo iba a pasar. Y reconocía que tenía que ver con James.

Clare y Allan despertaban al mismo tiempo y recordaron lo que pasó en el hotel de Verona hace unos días.

Por lo tanto, Allan se levantó y decidió de ir al televisor para saber si había alguna noticia del hotel del cual su hermana era la mitad dueña. Y Clare le siguió en breve con el niño en brazos.

Después de que él viera las noticias, se percató de que no había nada con respecto al hotel.

En breve, Allan decidió de irse a dar una ducha para después marcharse a trabajar. Y Clare pensó en que ya era hora de buscar a una niñera para su hijo. Pues sabía que tenía que volver a incorporarse a trabajar para poder tener algo de ahorros para su boda con Allan.

Después, Allan se marchó a trabajar sin antes olvidar el beso a su hijo y a Clare. Algo que se había vuelto una costumbre para él desde que ambos vivían juntos.

Taylor llegó por fin al lugar donde hicieron el amor el día antes del cumpleaños con James. Pero ella tenía un mal presentimiento. Un presentimiento de que alguien le seguía.

Cuando llegó aquel lugar donde podría respirar aire, se encontró con James. Cosa que le hizo tragar a ella saliva y le hizo preguntarle:

―¿Qué haces aquí?

James se dio la vuelta y le respondió muy seguro:

―Pensando.

―¿En quién o qué? En esa amiguita nueva con la que paseabas ayer por el hotel.

―¡Estas celosa!

―No lo estoy. Pero no voy a permitir que entre en mi hotel a prostitutas baratas. Pues quiero que mi hotel sea respetado James.

―Ya veo.

James se acercó a ella y en breve ella le detuvo, mientras que ella le decía:

―Mejor quédate donde estas. Quiero evitarte problemas con Joan y evitármelos a mí.

―¡Me tienes miedo!

―No. Pero como ya te he dicho quiero evitarme problemas con mi marido.

James terminó de acercarse a Taylor y en breve, él le cogió el brazo de ella y dijo:

―Se que las cosas han cambiado Taylor. Pero nadie quita que yo sea tu primer amor y el primer hombre al que te entregaste.

―¡Es eso cierto Taylor! ―escucharon ambos.

Ambos miraron a la entrada y vieron a Joan observándoles con cara exhausta.

―Es cierto Joan. James fue el primer hombre al que me entregué y mi primer amor. Pero nada ahora que cambie lo que tú y yo hemos sembrado.

―Lo sé ―dijo Joan.

―Por eso es mejor que decidas ahora te digo con quién vas a quedarte. Con Joan o conmigo.

Taylor se quedó sin palabras y sin saber qué responder. Por lo tanto, decidí no hablar de momento

―¡A qué esperas para dar una respuesta Taylor! ―exclamó Joan―. Con quién vas a quedarte finalmente. Porque yo ya me cansé de que tu mente me corresponde a mí y luego estés pensando en otro hombre.

Pero Taylor continúo sin responderles. Por lo tanto, ella decidió que era el momento de volver a una vida que tanto había soñado. Una a la que era libre y que voy a tomar propias decisiones.

Ella se marchó de aquel lugar y dejó a ambos solos. Pues ella necesita a estar a solas para poder pensar con claridad si continuar con su matrimonio o empezar de cero con James. Con el hombre que fue su primer amor y que desapareció durante un año por que intentó de salvarle la vida.

Mientras tanto, James y Joan se miraron y este último le dijo a James:

―Si se queda contigo, no me queda más de otra que darle la libertad que necesita.

―¿Por qué este cambio repentino, Joan?

―Por que la amo. Y por amor se puede llegar hasta incluso a perder.

―Veo que por fin entiendo el significado de la palabra amor.

―Entendí significado de esa palabra desde hace mucho tiempo. Desde que Clare decidió de hacer contigo lo que no hizo conmigo.

―Ya veo.

―Esperemos entonces a la decisión de Taylor.

―Cierto.

Después, vamos terminaron de marcharse de aquel lugar porque no hacían nada allí.

Cuando Joan regresó a la casa del tío de Taylor, Miryam le dio una breve nota de su esposa en la que decía: “me voy porque necesita un pensar y por favor no me busquéis, es la mejor solución hasta que decida qué hacer”.

Después de doblar la nota eso es por sí la había dejado, Joan decidió de coger al niño mientras que ordenaba uno de esos hombres buscarla por cielo, mar y tierra. Pero fue Miryam que le hizo cambiar de opinión. Pues ella sabía que Taylor necesitaba pensar con claridad todo lo último que había pasado.

Cuarenta Días de Redención (Una Noche en Verona III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora