Cuarenta Días de Redención (Una Noche en Verona III)

Capítulo 11

Al día siguiente, Joan despertó porque su esposa estaba pegando patadas en la espalda y también estaba haciendo al aire. Ella estaba teniendo una pesadilla.

Joan despertó aquella como era habitual en él cada vez que ya tenía una pesadilla y ella pegó un respingo en la cama.

Taylor comenzó a recuperarse de la pesadilla poco a poco y Joan supo que no debía de tocarme hasta que no estuviera lista para que lo hiciera. Pero Taylor reaccionó rápidamente, saliendo de la cama y en breve de la habitación.

Cuándo Taylor llegó a la cocina, observó a Miryam y a su madre cocinando. Eso fue algo que le extrañó a ella. Por lo tanto, decidió de quedarse apartado a un lado para ver qué hacían ellas.

Joan llegó finalmente a la cocina y observo a Taylor cómo miraba a su madre. Fue cuando Taylor se percató de una sola cosa en Miryam.

―Joan, ¿Miryam es tu madre biológica?

―Que te hace pensar en eso.

―Tiene los mismos gestos que tú en la mirada cuando sonríe y ahora mismo ella también hace un gesto a cocinar que tú hiciste el otro día.

Joan giro a su esposa e hizo que le mirase a los ojos.

―Si Miryam y yo tenemos algunos gestos que se parecen, es porque todo se me ha pegado de ella. Miryam me enseñó a cocinar. Es por eso porque algunos gestos se parecen.

―Vale.

Ambos entraron en breve en la cocina y desayunaron junto con Miryam y su madre.

Fue un poco segundos cuando le ha parecido del bebé comenzó a sonar. Eso le dijo a Taylor que su hijo se había despertado.

Fue a ver a su hijo y lo bajo para darle desayunar.

Después de que se diera una ducha en la casa de su madre, ambas regresaron al departamento junto al niño y Joan fue a recibir la mercancía al puerto de Nueva York.

James parado a desayunar en un restaurante cercano a su empresa, mientras que buscaba la forma de acercarse a Taylor y darle las explicaciones que ella necesitaba.

De pronto se chocó con alguien y cuando fue a ayudar a la persona, observó que era una chica.

Cuándo terminó de darle las cosas a la chica, James le dijo muy seguro de disculparse:

―Lo siento mucho. No mire por donde iba.

―No pasa nada. La que no miro por donde iba a ir era yo.

―Soy James Johnson.

―Un gusto señor Johnson. Soy Tania Bellamy.

―Encantado señorita Bellamy.

Después de que se estrecharon las manos, James siguió a Tania. En el cual, ambos mantuvieron una conversación muy agradable.

Después de que dejara a Tania en el lugar al que ella iba, James se marchó a la empresa para empezar a trabajar.

Fue en el despacho cuando pensó en Tania y lo hermosa que era. Pero de pronto comenzó a recordar a Taylor y en la forma en la que la poseía hace más de un año. Eso era algo que nadie podría cambiar.

Joan había llamado a Clare cuando había terminado de recibir la mercancía el puerto de Nueva York. Él quería reunirse con ella para hablar de ciertas cosas.

Clare en cambio iba desconfiada a una cita en la cual no sabía si él iba a violarla o no. Pero cuando Joan le dijo que le cita va en un restaurante para poder comer junto a ella, ella se relajó y pensó qué Joan por una vez quería hacer las cosas bien.

Cuando ella llegó el restaurante, observó a Joan desde la distancia. Por lo tanto, una milésima de segundo después decidió de ir hacia la mesa donde Joan estaba.

―¿Por qué me has citado aquí Joan? ―le preguntó ella.

―Siéntate por favor ―dijo él―. Yo también me siento algo incómodo con esta situación. Pero si quiero empezar de cero, tengo que empezar a hacer las cosas de otro modo.

Clare se sentó en la mesa y después le dijo a Joan:

―¿A qué te refieres Joan?

―Me refiero a que sí quiero empezar de nuevo con mi mujer, tengo que cerrar un ciclo antiguo en mi vida.

―Te refieres cuando me dijiste que te enamoraste de mí.

Joan asintió.

―Eso para mí es agua pasada Joan. Tú te enamoraste de mí y yo me enamoré de James. Eran cosas de adolescentes. Ahora sólo me importa Allan y a mi hijo. Cosa que también deberías de mirar tú en tu vida. Tu mujer y tu único hijo.

―Por ellos es por lo que estoy aquí ante ti.

Él hizo una pausa y después continuó diciendo:

―Se que fue un patán cuando te viole hace meses y reconozco que también lo fui con mi esposa cuando la viole a ella. Por eso te pido que me disculpes por lo que hice.

―No hace falta que te disculpes. Yo también he tomado malas decisiones y acostarme contigo mientras que planeaba, hacerle daño a Taylor, fue el peor error de mi vida.

―En paz entonces.  

A lo que ella respondió:

―En paz Joan.

Después de unos segundos, Joan y Clare pidieron la carta y en pocos segundos pidieron sus platos.

Cuando terminaron de comer una media hora después, Joan llevó a Clare a casa. Y por el camino estuvieron hablando de un pasado que tanto les unía. Un pasado del cual él se enteró por primera vez en mucho tiempo que fue González quien mato a la chica que estaba al lado de James. Del cual dicho asesinato él le inculpó.

Más tarde; Joan, Taylor, Miryam y el niño regresaron a la isla. Pues Joan ya había acabado con el negocio que tenía que recibir en el puerto de Nueva York.

Mientras que Miryam llevaba al niño a su habitación y le ha costado en la cuna, Joan y Taylor decidieron dar un paseo por la luz de la luna que en esos momentos estaba sobre la isla.

Cuándo Joan y Taylor regresaron a la casa, ambos fueron a ver al niño. Que dormía muy plácidamente en su cuna, mientras que Miryam continuaba allí en la habitación.

Joan y Taylor decidieron de irse a su habitación y descansar para estar frescos al día siguiente. Pues Joan quería llevar a su esposa a la playa.

Cuando ambos se acostaron en la cama, ella se giró y Joan comenzó a tocarle sucesos.

Ya se percató que empezó a ponerse completamente húmedo y eso le excito. Por lo tanto, el no pudo contenerse y giro a su esposa para que le miras a los ojos.

Él la desnudó completamente y en breve lo hizo él consigo mismo cómo pudo. Porque aún tenía el cabestrillo puesto.

Sujetándole las manos en breve a Taylor, se puso encima de ella  y le introdujo su pene en el interior y comenzó a hacerle el amor a su esposa hasta que ambos se corrieron.

Después del orgasmo, ambos se abrazaron y se quedaron dormidos en cuestión de segundos.