Capítulo 4

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Camila Tozier estaba con su amigo Daniel, desde que se enteró que su papá y el tío de Daniel hablaban, no pudo evitar hacerse amiga de ese niño rubio con rizos alborotados, así que en todos los recreos ellos se juntan para compartir su almuerzo y hablar sobre todo tipo de tema que un niño pueda imaginar.

—Oye, ¿cómo te sientes al tener dos papás?—Camila preguntó mientras le robaba un pedazo de manzana a su amigo.

—Feliz, ellos me quieren mucho y aunque casi nunca estén conmigo, ellos se preocupan por mi. Es como tener una mamá y un papá solo que son dos papás—rió, Camila hizo una mueca de confusión.

—No entiendo.

—Mi papi Bill un día me dijo que a veces los niños no siempre tienen una mamá y un papá, a veces solo tienen una mamá o solo un papá, dos mamás o dos papás pero que aún así te van a querer igual. No importa quién te cuide, siempre te van amar.

—Yo solo tengo un papá, no conocí a mi mamá.

—¿Y como te sientes?

—Extraña, yo quiero a alguien que nos quieran a mi papá y a mi—bajo su vista un poco triste, Daniel la abrazo y le dió un pequeño beso en la mejilla haciendo a Camila sonrojarse.

—Algún día tendrás una mamá u otro papá—Camila sonrió.

—Gracias, ¿sabes quién me gusta para papá?—Daniel la miro y negó.

—¿Quién?

—Tu tío Eddie.

Daniel jadeó y sonrió en grande teniendo una idea algo descabellada.

(...)

Richie se encontraba afuera del instituto esperando a que las grandes puertas se abrieran y así llevar a su hija a comer. Rasco su cabeza y miro hacia un lado viendo cómo Eddie acaba de llegar, solo se quedó de pie a unos metros más, se le miraba cansado y sus ojos se cerraban por si solos, Tozier decidió acercarse a él.

—Hey...—Eddie salto en su lugar y subió un poco su cabeza para conectar sus ojos miel con los oscuros de Richie quién lo miraba intimidante.

—¡Hola!—sonrió con nerviosismo.

—Te notó algo cansado, ¿estás bien?—Eddie suspiro y negó.

—No, me quedé hasta muy tarde haciendo un trabajo para la universidad, mi madre se puso mala y tuve que estar toda la noche con ella en el hospital—tomo su cabeza dándole un pequeño masaje. Se le podía notar a kilómetros que estaba frustrado y estresado.

—Tenía planeado llevar a Camila a comer a un KFC y no lo sé, ¿quieres venir con nosotros? Claro, también tu sobrino—a Eddie se le iluminaron los ojos pero algo muy dentro en su cerebro le dijo que no se hiciera falsas ilusiones, lo único que tenían ellos dos era una simple amistad y no va a pasar nada entre ellos.

Nunca.

—Uh, no lo sé...—la puerta del instituto se abrió y una avalancha de alumnos de todas las edades salieron desesperados y entre toda esa bola venían Camila y Daniel hablando muy animadamente.

—¡Papá!—Camila corrió y se colgó del brazo de Richie—¡ya tengo hambre! ¡Vamos al KFC, vamos vamos!

—Si, ¿entonces, Eddie? ¿Vienen?—Daniel miro a ambos adultos, después le dió un pequeño estirón al suéter que traía.

—¿Tío Eds?—el castaño mordió su labio y miro a Daniel quién lo miraba con ojos esperanzador.

—Esta bien.

Los niños gritaron con emoción e hicieron un saludo algo extraño, Eddie rió viendo a los infantes y Richie solo pudo observar el perfil de aquel joven chico.

Love againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora