Del juego al amor solo hay un paso

Duda Sembrada

Cerró su celular de golpe mientras veía seriamente a los otros chicos que esperaban su respuesta.

Cristhian: ¿Qué paso?, ¿se podrá?- pregunto

Gumball: esta todo bajo control, borraran el nombre de la lista de invitados - les dijo con una sonrisa de triunfo,  era sumamente calculador y sabia mover bien sus piezas, eso se lo debía a su padre que desde chico le enseñaba estrategias para vencer a sus rivales.

???: ¿el nombre de quién borraran?- se escuchó una voz por fuera del salón, segundos después la puerta se abrió mostrando a Marshall, el chico tenía la frente fruncida, Cristhian y flama estaban algo nerviosos, pero gumball.
Bueno el era otra historia, "conserva  la serenidad hasta en los momentos más difíciles…" era uno de los grandes lemas de su padre.

Gumball: de alguien que no queremos que asista a la fiesta que estamos organizando para fionna le dijo  tranquilamente, Marshall le sostenía la mirada algo le decía que eso no era verdad, pero no podía hacer nada para sacarles información, suspiro y se fue su habitual asiento, miro el lugar de fionna , hacía varias semanas que no se sentaba a su lado, al parecer hoy sus compañeros le devolverían su lugar y a lo mejor dejarían de tener tantas atenciones con la rubia, algo que por supuesto no le molestaba en lo absoluto, no, solo le parecía algo   tan… ¿raro?.

Fionna:buenos días!- la dulce voz de la chica interrumpió el silencio que se formaba en el salón, Cristhian sonrió al pensar que tenerla con ellos fue lo mejor que les había pasado en mucho tiempo, flama se levantó e intento caminar hacia ella pero el chico de ojos oscuros fue más rápido y lo sentó de inmediato.

Fionna los observo peleándose, así era desde que los había conocido… sintió que alguien la miraba y dirigió su vista a Marshall, él la observaba con detenimiento, ¿tenía algo raro en la cara, en el uniforme?, se revisó y no encontró algo diferente, se quitó los lentes y los limpio, tal vez allí estaba el problema, cuando se los puso y su visión nítida volvió ya no pudo ver otra vez al castaño, ahora enfrente de ella estaba Gumball, el chico se inclinó para quedar a su altura.

Gumball: buenos días princesa- le dijo con una sonrisa ladina, un sonrojo se apodero de ella cuando él le dio un beso en la frente, ¿sorprendida?, mucho, él nunca tenía ese tipo de detalles cuando estaban con muchas personas pero al parecer eso estaba cambiando, abrió la boca para decir algo, sin embargo no pudo hacerlo pues una flor azul se impuso entre ellos dos.

Cristhian: como todos los días, la flor más radiante te la entrego, pero no se comparan con el brillo de tus ojos ni la dulzura de tu risa que oscurecen su belleza, y la inclinan ante tu ser - Fionna recibe la flor con delicadeza, Cristhian le toma la mano y le da un beso, como siempre el chico hacía notar su caballerosidad.

Fionna: gracias es muy linda- flama estaba molesto, esos dos se le habían adelantado!, tenía que hacer algo que superara a esos dos, rápidamente busco en su mochila, pero no encontró nada más que un sobre blanco, resignado se acercó a ella tratando de no interrumpir el duelo de miradas que contendían los dos chicos.

Flama: fionna - le dijo despacio cuando llego a ella, la chica le sonrió - toma - le dio el sobre, que inmediatamente fue abierto, la chica saco su contenido y lo admiro… entre sus manos estaba una fotografía de los cinco estudiantes, de esa vez que él la había invitado a aquella reserva.

Fionna: gracias!- sin avisar la chica le dio un beso en la mejilla, alertando a todos – no tenía ninguna de ustedes-el chico rio, por su mente se reproducía una imagen de él vestido de rey, ¡si!, por una vez había ganado!, la suerte hoy estaba de su lado y la cara de Cristhian no tenía precio, pero su sonrisa fue borrada al ppzar su marcada en Marshall, estaba cruzado de brazos con el ceño fruncido, a él, debía admitirlo, si le tenía miedo … - pero en su defensa el chico era conocido por ser un maestro en artes marciales y tener un carácter explosivo e impredecible, sus pensamientos fueron cortados por la dulce voz de la rubia - la pondré en mi cuarto, tengo el marco perfecto!.- estaba sonriendo así que valía la pena la mirada de muerte que recibía de parte del moreno