Lo mismo de todos los días.

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Vivía en una ciudad muy pequeña en la Ciudad de México, me encantaba la música y todo tipo de género, no tenía preferencias tanto que cualquier problema que hubiera lo podía resolver con un lugar a solas y música a todo volumen.

Un día mi familia se peleó tanto Que tuve que aplicar dicha técnica y realmente si funcionó, me olvidé de todo eso.

Al día siguiente tenía que levantarme muy temprano ya que iniciaba el semestre, estaba muy preocupado por haber reprobado 1 materia, al final tenía que sacar muy buenas notas.

Ya al siguiente día me levanté, me arregle y salí un poco tarde así que tenía que correr. Llegue un poco tarde pero aún no estaba en maestro dentro del salón así que aproveche para ir a platicar con mi mejor amigo.

Gerardo era una muy buena persona, muy noble y siempre tratando de ayudar a las personas, no importa que sean cosas pequeñas como ayudar a cruzar la calle a un mayor o algo así, el siempre ayudaba.

Al llegar con él sabía que algo malo le estaba pasando, estaba llorando solo, en una banca sin nada ni nadie alrededor.

-Oye, ¿Qué tienes?

-Ashley... es Ashley

-¿Te dejó?

-No, sus papás tuvieron un problema muy serio y ella está muy triste

-¿Sus papás se divorciaron?

-Peor, su papá llegó alcohólico a su casa y empezó a maltratar a las dos

-Llamaron a la policía supongo

-No, él las incomunico y no pudieron hacer nada hasta que los vecinos escucharon sus gritos y ellos fueron ayudar, tranquilizaron a su papá y lo llevaron a la policía.

En ese momento empezó a llorar aún más, lo intenté ayudar diciendo lo típico que se tranquilizara y todo eso pero no funciono, mis compañeros y yo estábamos paralizados nunca lo habíamos visto tan triste, lo entendíamos.

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