Prologo. El final antes de la historia

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Caminamos por el campo hasta que se vieron las luces de la ciudad real. Era extraño, eran las luces de la ciudad donde había nacido, incluso podía ver las luces de mi hogar, el castillo. Pero no me sentía en casa.

No quería ir allí

Mire al hombre que me había acompañado durante todo el camino. Si fuera... Suspire mentalmente, no valía la pena preocuparse por algo que no sucedería nunca

-¿Podemos quedarnos esta noche aquí?

Él me miro con duda

-Solo estamos a dos horas de tu hogar, ¿No quieres ver a tu familia? ¿No quieres volver a casa?

Mi casa eres tú, me sentí tentada de decir

-Yo... No quiero separarme de ti, no quiero separarme aun de ti

-Princesa...-me abrazo y sentí su corazón latir con fuerza- Yo siento lo mismo que vos, no me quiero separar de usted.

Nos quedamos así un momento

-Venga conmigo, a mi ciudad natal-me dijo de pronto- Por favor, ignore todo lo demás y piense solo en sus sentimientos. Venga conmigo, sea mi esposa y amémonos toda nuestra vida.

Me eche a llorar y le mire con los ojos llenos de amor. El mismo amor que mi madre reflejaba cuando miraba a mi padre, el mismo amor romántico que le hizo llevar a la hija de un duque al palacio y ayudo a esta a superar el entrenamiento de reina

"El papel de una princesa es casarse por el bien de su nación" Eso me lo había dicho mi profesora cuando era muy joven, antes del nacimiento de mi hermano, cuando mi abuelo seguía con vida.

Mis padres aceptarían que yo fuera egoísta y me casara con este hombre por amor, es más, estarían encantados. Pero... Pensé en toda la gente que había detrás, toda la gente del país. Claire podía ser egoísta, podía amar a este hombre, pero la Princesa Clarisse Laroche Serenade era parte de la familia real y se debía al pueblo, no podía amar a este hombre de forma egoísta.

La mujer que había en mí y la princesa lucharon. El pueblo o él. Yo... No podía, la felicidad de una sola persona no podía compararse con el bienestar de cientos de miles. Era una buena princesa, pero eso me acababa de romper el corazón

-Bastian, yo... Lo siento... Lo siento mucho... No puedo elegir mi propia felicidad sobre la del pueblo. No puedo, simplemente no puedo

Bastian me miro con una expresión amorosa y me beso en la frente

-Yo... Amo eso de ti, que te sacrifiques por los demás. Aunque eso significa que ya no estemos juntos

-Si solo fueras un noble del país con el que se ha acordado casarme. Entonces podríamos estar juntos-solloce contra su pecho- Pero te amo a pesar de que eres una persona normal, es más, me gusta tu sencillez y sinceridad

Él se arrodillo delante de mí

-La próxima vez que nos veamos después de hoy, tú serás mi reina, espero que puedas permitir que este humilde siervo contemple a su reina desde la distancia

-¡Bastian!-Le abrace con fuerza-¡Lo siento, siento ser tan egoísta y pedirte que te quedes en el castillo de tu reino cuando me case con tu príncipe heredero!

-Puedo soportar ese único acto egoísta, mi corazón siempre será tuyo. Mi reina, mi princesa, mi única dueña

La promesa azul [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora