6. Encuentro

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Tras tres semanas de cautiverio hubo un cambio

Se había descubierto que el príncipe había sido el que me había secuestrado y su padre había dado permiso para su ejecución. Al parecer el ayudante que sabia donde estaba se había suicidado

-¿Y ahora qué hacemos con ella?

-Si saben que la tenemos aquí nos mataran

-Si la matamos nos convertirán en esclavos-estaban gritando tanto que no necesitaba a las hadas para oírles

-¿Y si la vendemos a un burdel y nos marchamos del país con el dinero? Incluso podemos "entrenarla" antes de venderla- ese caballero iba a morir castrado si de mi dependía

-No. Es muy arriesgado

-¿Y venderla a otro noble en el extranjero?

-La princesa es tan popular que seguro que nos la compraran fácilmente-dijo uno como si fuera una gran idea. – Pero nos darán un precio mayor si es virgen

Entonces se pusieron a discutir a que noble en qué país me venderían. Bueno, era hora de irse. Mire a las hadas y ellas se acercaron a las ataduras. Llevaban tironeando de ellas estas tres semanas hasta que ya casi estaban totalmente sueltas. Con un fuerte tirón mis manos quedaron libres y me quite la mordaza.

Si fuera como mis hermanos bajaría y mataría a todos ellos. Pero... yo no era una guerrera. Nunca habían podido hacer lo que ellos, lanzar hechizos ofensivos sin importar las consecuencias. Yo solo sabía usar hechizos de sanación, de defensa y de refuerzo corporal para aliados.

Entonces me di cuenta de que ya nadie gritaba en el piso de abajo. Unos pasos subieron las escaleras y me prepare con una barrera para quien entrara. La puerta se abrió de golpe y lo primero que vi fue la espada que goteaba sangre. Luego la capa manchada bajo la cual se veía una armadura ligera. Por último el emblema que el hombre llevaba en la mano

Un caballero del reino de la Hoja, esos emblemas eran mágicos, solo podían ser tocados por el dueño y el rey. Mire su rostro

Era un hombre normal, pese a las salpicaduras de sangre. Pelo castaño, ojos castaños, piel tostada, por su complexión era un atacante de alta velocidad,... Pero lo que más me calmo fue lo que dijeron las hadas "Puedes confiar en él Clarisse, él te ayudara. Es de confianza" las hadas podían ver la verdadera naturaleza de las personas, si ellas confiaban en él yo también. Baje la barrera

-Princesa Clarisse, soy Bastian, un caballero de la 3º orden, 16º pelotón, del reino de la Hoja. Me han encomendado llevarla a casa

La promesa azul [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora