12. Su Alteza Marius

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El príncipe Marius miro por la ventana a los soldados que se entrenaban y suspiro pasándose la mano por la cara. Las doncellas que le vieron hacer ese gesto no pudieron evitar suspirar.

Ojos de un color gris claro que parecía plata, cabellos castaños que brillaban al sol con tonos desde el dorado más claro hasta el rojo más vivo peinados hacia atrás en un serio corte militar. El rostro era feroz, pero no carente de ese atractivo heroico que hacía que las jóvenes soñaran con historias de damas siendo rescatadas por heroicos caballeros, y, además, era un hermoso rostro, como si un dios de la guerra se hubiera descendido a la tierra.

En el país de la Hoja, los hombres con un porte heroico y los hombres fuertes eran los más atractivos. El cuerpo de Su Alteza Marius también era fuerte. No se podía decir a simple vista que tuviera muchos músculos, pero estaba bien musculado. El cuerpo de alguien especializado en los ataques rápidos en la vanguardia.

Muchas damas estaban retorciendo sus pañuelos hasta romperlos por la frustración de saber que su príncipe se casaría en cinco meses con una princesa extranjera

-Marchaos-la reina viuda entro a la habitación y echo a las criadas que ansiaban seguir contemplando a su futuro rey con adoración. La mujer tenía el pelo recogido en una trenza de espiga, llevaba pantalones y tres espadas en la cintura. La reina viuda era una guerrera por derecho propio.- ¿Cuál es el estado de la princesa Clarisse?

-Avanza a un ritmo lento y constante por el continente de vuelta al reino del Susurro

-¿Y la prueba?

-De momento no la he hecho, aun no ha abierto su corazón a Bastian. Pero lo hará, es pura y adorable. La han sobreprotegido en su contacto con el sexo opuesto y no sabe que todos los hombres son lobos. Solo hará falta un poco de esfuerzo para que caiga enamorada de Bastian

-No hables de ti mismo en tercera persona, no me gusta.

-¿No te gusta que hable de Bastian, madre?

-Es mi último aviso Marius Sebastián Red Maple

El príncipe sonrió a su madre

-Bastian es una proyección corpórea mágica de mi mismo, una magia especial de nuestra línea de sangre que nos impide usar ninguna otra magia. Somos la misma persona, una solo mente, dos cuerpos. Aunque estoy contigo una parte de mi esta con mi prometida, es difícil no referirse a esa parte en tercera persona-sonrió al sentir que Clarisse se abrazaba al brazo de Bastian-Si, sin duda disfrutare de ella cuando nos casemos

-¿Ella cumple tus expectativas?

El príncipe sonrió como un lobo ante una presa acorralada

-Completamente. Ni siquiera te imaginas lo hermosa o lo pura que es, madre, los retratos no le hacen justicia. Y, pese a ser una niña que nunca se ha alejado de las comodidades no se queja por la falta de ellas e intenta seguir el ritmo de Bastian con todas sus fuerzas. Me dan ganas de protegerla

-Eso es bueno. ¿Harás el juramento de la espada para ella?

-Solo si pasa la prueba, pero su pureza e inocencia pueden hacer que no lo consiga. Pueden hacer que fracase. Aun así, me gustaría jurar mi espada ante ella

-Conoces la ley, si no pasa su prueba no podrá casarse contigo, y si le juras tu espada tendrás que renunciar al trono

-Puede que ella lo valga

La promesa azul [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora