Rosa

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Naciste como algo pequeño, bello, esplendoroso... eras tan solo un pequeño capullo que quería crecer y llegar a ser algo más que una simple flor. Un día alguien te lastimó, y aunque no estoy segura de si fue por eso, desarrollaste espinas que hieren, dejan ardor y marcas que muchas veces, duran más de lo que queremos... en un principio eras solo un capullo que aún no había abierto sus pétalos para salir a la luz y sin embargo eras hermosa y fuerte, buscando llegar a algo más que ser una simple rosa roja que de día era observada y de noche ignorada. Es decir, buscando ser mejor de lo que yo (quien cada día te cuidó) era.
Pequeña rosa que en mi jardín creciste y que con ayuda de mi riego su hermosura desarrollo, yo si te miro, en las tardes y en la oscuridad, con amor y algo de envidia. He visto tus pétalos; son grandes, al igual que mi corazón, pero tu avaricia a veces llega a oscurecer toda esa belleza que por fuera muestras.
Rosa a ti te escribo, te dedico mi inspiración y todo lo que por mi mente pasa, porque al igual que tú, yo también pensaba en llegar a ser algo más, pero a diferencia tuya, me he quedado en el camino y abandoné mi lucha. No seas como pequeña, no confíes en nadie, todos al fin y al cabo te hieren y te rompen un poco, eres fuerte y hermosa, que tu personalidad no te domine, se tú y nada más y muy lejos llegaras, quizás no hoy o mañana, pero pronto.
Aun debes aprender muchas cosas de la vida, una de ellas, es que todo pasa; las personas, la vida, el tiempo. Todo y todos tenemos un momento determinado, cada quien, decide cómo aprovecharlo o como derrocharlo. Algo más que debes saber es que si bien no puedes evitar el daño, si puedes aferrarte a lo bueno. Te daré un ejemplo; yo te riego todos los días e intento embellecerte, tu fututo está destinado a dos opciones que tienen el mismo fin: puedo dejarte crecer y esperar al invierno, para que te marchites o mueras congelada, o puedo cortarte, como quien destruye los sueños de su hijo, y ponerte dentro de un florero con agua, para que te observen durante un par de días, hasta que de todas formas, te marchites.
Es el ciclo, no puedo o cambiarlo, pero te cuento, rosa mía, que he hecho todo lo posible, no debo cambiar tu destino, ni evitar que te corte un niño travieso que pasó y pensó en su mamá, no podría culparlo, solo te advierto, que el mundo es malo y que a veces es preferible marcharse antes, a tener que enfrentarlo. La gente hace eso Rosa, se va, te deja, incluso yo, te dejaré, no sé cómo ni sé cuándo, pero lo haré, siempre huyo. Ve sabiéndolo pequeña, si te cortan, quizás, te ahorres un mal mayor.

Pensamientos DerramadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora